Un escudo en el aburrimiento
De Puño y Letra. Todos los estados argentinos, ya sean nacionales, provinciales o municipales, tienen sus propios sellos distintivos. En el caso de Lomas, el escudo llegó un poco tarde. De hecho, recién se oficializó 107 años después de la fundación del distrito.
¡Hola, amigos de La Unión! Qué alegría volver a encontrarnos. Ya saben que pasé las últimas semanas encerrado en casa, recuperándome del covid, que tan fuerte me golpeó. Por un lado fue lindo poder compartir tanto tiempo con mi familia después de unos días horribles en la Juncal, pero no les voy a mentir: la recuperación se hace larga y el aburrimiento, a veces, es imposible de esquivar.
Al principio dormía mucho: lo necesitaba. Mi cuerpo estaba cansado de tanto luchar por conseguir oxígeno. Mis días consistían en eso: dormir, visitar a los médicos, hacer ejercicios para recuperar mi capacidad muscular y pulmonar y volver a dormir un poco más. Pero a medida que me fui sintiendo mejor empezó a aparecer cada vez más tiempo libre. Y a mí, que siempre fui un tipo activo, casi adicto al trabajo, tener tantas horas sin nada que hacer me saca un poco del eje.
En uno de esos ratos de buscar cualquier cosa para pasar el tiempo, me puse a ordenar boletas. Divertidísimo, pensarán ustedes. Ni un poco. Pero lo bueno es que fue en ese momento, mirando un impuesto municipal, que se me ocurrió el tema de esta columna: la historia del escudo de Lomas de Zamora.
Todos los estados argentinos, ya sean nacionales, provinciales o municipales, tienen sus propios sellos distintivos. En el caso de Lomas, el escudo llegó un poco tarde. De hecho, recién se oficializó 107 años después de la fundación del distrito. Según los libros de historia, Francisco Portela, nacido en 1814 y nieto de Tomás Grigera, pionero de estas tierras, fue el autor del primer escudo municipal: los documentos librados por el Juzgado de Paz que estaba a su cargo llevaban un sello como membrete, con el dibujo de una paloma en vuelo portando en su pico una ramita de olivo.
Recién en 1968, durante el gobierno del teniente coronel José Piñeiro, se promulgó la ordenanza que dispuso un concurso para elegir un nuevo escudo. Para seleccionar los trabajos y designar al ganador se formó un jurado integrado por vecinos destacados del distrito, que terminaron eligiendo al modelo presentado por el pintor Heriberto Briega.
La obra, adoptada oficialmente por la Municipalidad el 10 de septiembre de 1968, mostraba al sol naciente, con siete rayos asomándose sobre las lomadas características de algunas zonas del municipio. También estaba la vieja paloma blanca, representando el antiguo nombre de "Pueblo de la Paz"; los signos de la cultura (pluma), el trabajo y el comercio (rueda); y las letras "L" y "Z", dividiendo el escudo, señalando las iniciales del partido.
Cuatro años más tarde, el entonces intendente Ignacio Candaosa dispuso el uso obligatorio de la nueva insignia en toda la documentación oficial de la comuna, en escuelas locales y todas las dependencias y oficinas públicas. Y en 2007, por fin, llegó el cambio de la mano de una versión simplificada que todavía sigue vigente: la forma es igual a la antigua, aunque ahora sólo tiene las letras "L" y "Z" en celeste dividiendo un sector azul de uno rojo.