Banfield y Lanús, en los ojos de los hinchas

Previa Clásica. Pasty y Seba, fanáticos del Taladro y el Granate, recordaron clásicos, triunfos, anécdotas, caravanas y se unieron en el pedido por el regreso a los estadios.

Dos barrios, un partido y una historia que se va escribiendo año a año. Banfield y Lanús; Lanús y Banfield: el Clásico del Sur.

Para poder entender de que se trata este derby, se pueden ver números y resúmenes de encuentros, pero nadie mejor que un hincha de cada uno puede explicarlo. Y esta fue la propuesta que recibieron Sebastián, del Granate, y Pasty, del Taladro. Con edades similares y muchos años de tribuna, ambos tienen en sus mentes esas tardes memorables en que su equipo les dio una alegría contra el clásico rival.

Del lado de Banfield, Pasty hizo la inevitable referencia al histórico 5 a 0 en territorio Granate pero también apuntó a otro derby en la Fortaleza en el que José Sand y Josemir Lujambio le dieron el triunfo al Taladro. "El día de Sand y Lujambio llevamos casi 13 mil personas. La caravana fue histórica y la salida del equipo fue impresionante. Ese día, inclusive, habían venido a la cancha unos 100 colombianos de Atlético Nacional porque jugaban la Libertadores en Argentina y ahí se selló la amistad entre las hinchadas. Y después del 5-0 no hay palabras: fue una locura. También hay otro en el '87 con una remontada histórica con 2 menos: cada clásico tiene algo particular para recordar", contó.

En la otra vereda, Seba tiene un Top 3. La goleada del '96, la inolvidable palomita de Graziani sobre la hora para el 1-0 del 2004 y el 4-2 del 2016. "Me acuerdo de ese 4-0 con un golazo de Huguito Morales. En el '96 Lanús también gana la Conmebol y al siguiente año le volvemos a ganar a Banfield: teníamos un equipazo. El del "Facha" Graziani fue una locura. Recuerdo abrazarme en la tribuna con cualquiera que tenía al lado. Y, de los últimos, disfruté mucho el 4 a 2 que Sand hizo tres goles, volviendo al club. También hay otro que ganamos con un golazo de Ayala que estuvo muy bueno", enumeró.

Si de anécdotas se trata, las caravanas aparecen casi por obligación, tratándose de dos canchas que están separadas por poco más de 20 cuadras. Antes de las prohibiciones, la mayoría del público iba de un barrio al otro a pie. "Las caravanas eran algo hermoso. Ir por su barrio con tus colores, no tiene comparación. Me acuerdo el partido que debutó Carboni en Banfield. Él era una especie de ídolo para Lanús y en su vuelta a Argentina no encontró lugar acá y se fue a jugar allá. Estuvimos todo el partido puteándolo", relató Sebastián entre risas.

Pasty, vinculado a Mística Banfield, un grupo que organizaba el "folklore" de la tribuna, repasó algunas de las locuras en los clásicos. "La organización de la salida del equipo con banderas, las pintadas, las caravanas, era un trabajo tremendo de semanas solo en pos de la cultura del aguante, pero bien entendida, sin violencia. Una vez tiramos papelitos con un helicóptero, que requirió un estudio quirúrgico para que cayeran adentro de la cancha. Fue hermoso", resaltó.

A la hora de hablar de grandeza, se terminan las coincidencias. Cada uno defiende lo suyo y apunta a lo que más le conviene. En Banfield, el historial. En Lanús, los títulos. "Banfield es el más grande porque es el padre. Porque entre los clásicos es el que más gente llevó de visitante. Y es más grande porque demográficamente, en cuanto a densidad de población, espacio físico, éste es un territorio muy chico para la gente que tiene, en relación a Lanús que es una ciudad entera. Los resultados y las estrellas a la corta o a la larga se van a equilibrar", dice Pasty.

Seba, refuta: "Por los títulos, ya es más grande Lanús. Banfield tiene uno y otro que se lo regalaron en el amateurismo. Además, Lanús es de primera y Banfield es un subibaja, nunca se termina de anclar. Nosotros tenemos muchísima más gente y, como si fuera poco, el más grande de todos los tiempos (Diego Maradona) lo afirmó: en el Sur somos todos de Lanús".

De cara al futuro, el deseo es estar nuevamente en la cancha y ambos son voces de un reclamo que no se detiene desde hace algunos años: que vuelvan los visitantes y que se termine la violencia entre hinchadas rivales.

"Los partidos se disfrutan con locales y visitantes y me encantaría que podamos ir a su cancha y que ellos puedan venir a la nuestra. Los mejores clásicos que recuerdo siempre son con la tribuna visitante verde y blanca o con nosotros en su cancha. Y como sociedad tenemos que cambiar esto porque es un deporte y tiene que quedar ahí, en el folklore de las tribunas. No somos enemigos de ninguna manera y hoy que ni siquiera podemos ir los locales se sufre mucho. La cancha es un lugar de encuentro con la familia, con tu gente, con el barrio. Verlo por TV, sin hinchas, casi que parece otro deporte", concluyó Sebastián.

Pasty, agregó: "El mensaje para todos es invitarlos a disfrutar de este clásico. Después, los resultados son circunstanciales. No puede pasar del folklore, las cargadas, una sana rivalidad. No hay que comerse el verso de la violencia, de que son "ellos" o "nosotros" porque, al final, somos todos argentinos que hinchamos para nuestro barrio y nada más. Nos dividen algunas cuadras y todos tenemos amigos en ambas tribunas. Si, son rivales y les quiero ganar, pero termina el partido y ya está. Volvemos todos al día a día".

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