Cinco finales internacionales en siete años: el fenómeno Lanús
Crecimiento. El Granate, campeón de la Copa Sudamericana 2013 y subcampeón de la Libertadores, sólo es superado por River en ese lapso de tiempo.
Como una confirmación de su seriedad en la forma de trabajar y del crecimiento constante, Lanús jugará esta tarde, ante Defensa y Justicia, su quinta final internacional en siete años. Sólo es superado por el histórico River de Marcelo Gallardo.
El Millonario disputó 8 finales internacionales entre Libertadores, Sudamericana, Recopa y Mundial de Clubes. Atrás de esa marca impresionante llega Lanús, que desde el 2013 hasta hoy disputó cuatro finales y hoy lo hará por quinta vez.
En diciembre de 2013, el Granate le ganó la final de la Copa Sudamericana a Ponte Preta por un global de 2-0 (todavía se disputaban en ida y vuelta). Con la obtención del segundo trofeo más importante a nivel continental, Lanús ganó el derecho a disputar la Copa Suruga Bank y la Recopa Sudamericana contra el campeón de la Libertadores. Ambas fueron derrotas.
Pasaron luego tres años y medio para que el Grana volviera a disputar una final internacional. Fue nada más y nada menos que por la Copa Libertadores de América, ante Gremio de Porto Alegre. Fue derrota 1-0 en Brasil y caída 2-1 en la Fortaleza.
Para encontrarle la lógica a cómo un club de los denominados chicos logra sostener su protagonismo en tantos años hay que ver algunos datos: en una época de poca paciencia con los entrenadores, Lanús tuvo cuatro entrenadores en casi una década. Desde los Mellizos Barros Schelotto hasta esta segunda etapa de Luis Zubeldía. Una apuesta fuerte por las divisiones inferiores, dejando de lado las tentaciones de mercados de pases.
En 2017, cuando Lanús fue subcampeón de América, llegaba a esa instancia luego de un largo año y de haber sido campeón tres veces en ocho meses, ganándole finales a San Lorenzo, Racing y River (sin recibir goles en ninguna de las tres). El Granate repitió 10 de 11 nombres teniendo en cuenta el debut, en marzo, ante Nacional de Uruguay, y en la final, en noviembre, ante Gremio. Sólo hubo una ausencia por suspensión.
Es que la dirigencia, al contrario de lo que se pueda creer en cuanto a gastar dinero en incorporaciones, prefirió usarlo para mantener un plantel que venía de ser campeón, con lo costoso que eso representa (renovaciones, mejoras contractuales, competencia contra equipos que vienen a buscar figuras.
Esta tarde, el conjunto de Luis Zubeldía disputará la quinta final en siete años e irá por su segunda Copa Sudamericana y, así, alcanzar a Boca e Independiente como los máximos ganadores de la competición.
