Marie Curie, la mujer que revolucionó la ciencia 

mundos personales . Hace 90 años fallecía esta investigadora polaca que ganó dos premios Nobel y que hizo aportes científicos fundamentales. 

Marie en su laboratorio

Marie, en su laboratorio.

El 4 de julio de 1934, hace 90 años, fallecía en un pueblo de los Alpes franceses Maria Salomea Sk?odowska-Curie, más recordada como Marie Curie o Madame Curie, la primera mujer en ganar un Premio Nobel y además que puso patas para arriba a la ciencia moderna. 

Marie nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, la actual capital de Polonia, cuando la ciudad todavía pertenecía al imperio ruso zarista. Su padre era profesor de física y matemática, y su madre era maestra de piano. 

Durante sus primeros años tuvo un gran incentivo y motivación por la educación y la vida académica. Después del fallecimiento de su madre y una de sus hermanas, las dificultades familiares y económicas no le sacaron sus ganas de seguir estudiando.

A pesar de su capacidad y dedicación, por el mero hecho de ser mujer, no tenía permitido acceder a la universidad en aquellos días.  

Ante esto, hizo las valijas y llegó París para ingresar a la Universidad de la Sorbona. Consiguió una vacante para estudiar física y matemática, como su padre, mientras que se ganaba la vida como institutriz. 

En 1893, Marie se licenció en Física con calificaciones sobresalientes. Un año más tarde, conoció a su futuro marido, el también físico y científico Pierre Curie, de quien tomó el apellido y tuvieron dos hijas. 

Marie no detuvo su marcha y continuó con un doctorado y también recibió el Premio Nobel de Física, junto con su marido, por sus investigaciones sobre la radioactividad. 

A pesar de su importancia, la Universidad de París solo nombró a su marido, en 1904, como catedrático académico y, dos años después, logró ser miembro de la Academia Francesa. 

Poco después, y por un accidente de caballos en el que Pierre Curie perdió su vida, Marie ocupó la cátedra de Física de su marido en la Sorbona. De esta manera, no solo llegó a ser la primera mujer en ganar un Premio Nobel, sino también un puesto como catedrática en la casa de estudios parisina. 

Después de la muerte de su esposo, decidió continuar con sus investigaciones y descubrió que la radioterapia podría ser un tratamiento contra las enfermedades cancerígenas. 

Por este hallazgo, la popularidad de Marie no paraba de crecer en el mundo académico. Gracias a estas investigaciones, Marie Curie ganó su segundo Premio Nobel. Esta vez, en la categoría de Química, en 1911. 

En ese mismo año, la prensa reveló que después de la muerte de su marido, Marie había tenido un breve romance con el físico Paul Langevin, un antiguo estudiante de Pierre que estaba casado, aunque se había separado de su mujer meses antes.

La moralina de entonces no tuvo piedad con Marie y esto lo aprovecharon sus adversarios académicos. Los diarios llegaron a acusarla de ser una "rompehogares judía extranjera". 

Marie también tuvo un papel muy importante durante la Primera Guerra Mundial. En esos años diversos, automóviles y máquinas de rayos X portátiles para crear "ambulancias radiológicas". Con esta invención, logró salvar la vida de muchísimos soldados y se convirtió en la directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja francesa.

Luego del final del conflicto bélico, Marie regresó a sus estudios y formó parte de diversas academias científicas como la Academia Nacional de Medicina de Francia en 1922 y obtuvo innumerables reconocimientos. 

Por causa de la radiación a la que estuvo expuesta en sus experimentos, Marie falleció el 4 de julio de 1934. Años después fue sepultada con honores en el Panteón de París, junto con los restos de su marido.

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