Así surgió la estación de Temperley, el nudo ferroviario del sur
RECORRIDO. De ser una simple y básica parada por donde pasaba la esposa del presidente Nicolás Avellaneda pasó a cuadruplicar sus vías y construir puentes peatonales.
¡Hola otra vez, amigos de La Unión! No hace falta explicarles la importancia que tuvo el ferrocarril para el desarrollo de Lomas de Zamora. Alrededor de las estaciones (Banfield, Lomas, Temperley, Turdera y Llavallol) se fueron formando las primeras poblaciones, con sus centros urbanos y comerciales. Fueron el corazón y el impulso de nuestro partido. Por eso hoy los invito a recorrer la historia de la estación de Temperley.
Se inauguró el 1º de enero de 1871. Emplazada a la altura de la calle General Paz, era una simple y básica parada. Tanto, que cuando la señora Carmen Nóbrega de Avellaneda cruzaba la avenida Meeks para tomar el tren, el jefe de la estación, Juan Pereuilh, le ponía una silla en el andén para que la esposa de Nicolás (por entonces el presidente de la Nación) esperara más cómoda.
En 1884 la estación fue trasladada al lugar que ocupa hoy en día, en terrenos donados por Jorge Temperley. Mientras se agregaba otra vía ferroviaria ya se vislumbraba el progreso que generaba el tren. Mucho tuvo que ver la vinculación de la ciudad de Buenos Aires con la capital de la Provincia, la ciudad de La Plata. Así, el sistema del Ferrocarril del Sud cobró importancia y vitalidad con el empalme de Temperley.
También avanzó el Ferrocarril del Oeste y el 1º de agosto de 1886 habilitó la línea de Mármol hasta Haedo, pasando por las vías del Ferrocarril del Sud en Temperley. Asimismo se había construido un ramal a Cañuelas, hasta la vía Santa Catalina-Mármol, que se habilitó en julio de 1885, inaugurando la Estación Llavallol, donde actualmente hoy está el cementerio inglés.
En Temperley, para que la gente pudiera atravesar las vías, se hizo un túnel azulejado de blanco, que fue clausurado cuando se construyeron los dos puentes peatonales en 1924, a la altura de las calles Avellaneda-14 de Julio y 25 de Mayo-Cangallo. En 1888, al habilitarse la Estación, fue necesario abrir una calle que atravesaba la Quinta de Avellaneda (lugar donde vacacionaba el entonces presidente) para que se pudiera cruzar con vehículos de tracción a sangre. Justamente esa calle hoy lleva el nombre Avellaneda. Frente a la Estación, además, se instaló una amplia playa de cargas.
Así, en la década del 30, la Estación Temperley cuadruplicó sus vías, convirtiéndose en el principal nudo ferroviario del Ferrocarril del Sud. Como los andenes estaban elevados con respecto a las vías (que incluyendo las terminales llegaban a diez) se construyeron los puentes peatonales. En fin, amigos, espero que en este apretado resumen de los orígenes de la Estación Temperley haya quedado clara la importancia que tuvo y que hoy tiene el ferrocarril en nuestra vida lomense. Hasta la semana que viene.