Javier Milei asumió como Presidente de la Nación y ratificó el ajuste
AHORA. El libertario habló frente a la Plaza Dos Congresos tras su jura y remarcó que "no existe una solución viable si no se ataca el déficit fiscal".
Javier Milei juró a las 11.56 como Presidente de la Nación ante la Asamblea Legislativa reunida en el recinto de la Cámara de Diputados del Congreso nacional.
El juramento fue tomado por la vicepresidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner, mientras en el recinto los asistentes coreaban "Libertad, libertad". Al firmar el libro de honor del Congreso de la Nación, escribió la arenga "Viva la Libertad, carajo", antes de ingresar a la Asamblea Legislativa en la que juró y recibió los atributos del mando.
A su lado, la ahora flamante vicepresidenta, Victoria Villarruel, escribió en el otro libro: "Todo por Argentina, Victoria". Una vez terminado el acto protocolar, salió a las escalinatas del Congreso a dar su discurso, muy crítico de la última gestión y con un panorama de lo que pasará en el futuro inmediato.
Milei afirmó hoy que "ningún gobierno ha recibido una herencia peor" que la que su administración recibe, advirtió que "no existe una solución viable si no se ataca el déficit fiscal" y ratificó que el programa económico que se pondrá en marcha será de "shock", en su primer discurso como jefe de Estado.
No hay alternativa al shock y eso impacta negativamente sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, y la cantidad de pobres.
Los primeros detalles del plan económico que se pondrá en marcha serán presentados mañana por el ministro de Economía, Luis Caputo, en una conferencia de prensa que brindará en Casa de Gobierno, antes de la apertura de los mercados.
Y repitió en seis oportunidades que "no hay solución alternativa al ajuste". "La solución implica un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PBI, que caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado", subrayó el flamante jefe del Estado.
En esa línea, reiteró que "no pueden quedar dudas de que la única posición posible es el ajuste, un ajuste ordenado y que caiga con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado. Sabemos que será duro", enfatizó.
En el mismo sentido, sostuvo que "tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo" y argumentó que "desde un punto de vista empírico, todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los programas de shock, salvo el de 1959, fueron exitosos", frente a lo que agregó que además, "si un país carece de reputación, como lamentablemente es el caso de Argentina, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal", además de que "para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento. Y lamentablemente, no hay plata", completó.
"No hay alternativa al shock y eso impacta negativamente sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, y la cantidad de pobres", anunció.