Una pareja de Llavallol a juicio por el crimen de un repartidor de Mercado Libre
MOTOCHORROS. Los acusados están detenidos, mientras esperan a ser juzgados a partir de agosto por el hecho ocurrido en julio del 2020, por el cual podrían ser condenados.
Una pareja de jóvenes de Llavallol serán juzgados por el crimen de un repartidor de Mercado Libre, asesinado durante un intento de robo ocurrido el 27 de julio de 2020 en la localidad de Adrogué.
Los imputados, identificados como Mauro Sebastián García y Johanna Anabella Quevedo, serán llevados a juicio, cuyas jornadas fueron fijadas para el 22,24, 28 y 30 de agosto, informaron fuentes judiciales a La Unión.
Serán los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 los encargados de juzgar a los detenidos, que cumplen prisión preventiva por el delito de "homicidio calificado criminis causa, robo calificado por el empleo de arma de fuego y tenencia ilegal de arma de guerra". En caso de ser considerados culpables por el magistrado, podrían ser condenados a la pena de prisión perpetua.
Para la fiscalía a cargo de la investigación, ambos son los motochorros que asesinaron a Fernando Marino, el joven ultimado de un disparo de arma de fuego, en medio de un asalto.
La víctima había sido abordada por ladrones armados, mientras hacía tareas de reparto y conducía una camioneta Renault Kangoo, que manejaba a baja velocidad, debido a que buscaba un domicilio donde tenía que dejar un producto.
De acuerdo a la reconstrucción del hecho, todo ocurrió en Italia, entre Rosales y General Paz, en Adrogué, donde los asesinos se le pusieron a la par, lo amenazaron y lo baleron a corta distancia.
Los investigadores sospechan que cuando fue sorprendido, Marino realizó una maniobra brusca ante el susto por la amenaza, por lo que uno de los delincuentes le disparó.
El damnificado fue llevado en un móvil policial al hospital Lucio Meléndez, donde finalmente falleció como consecuencia del impacto de bala, mientras que los homicidas escaparon a toda velocidad, sin concretar el robo.
Una de las escenas más dramáticas del asesinato de Marino quedaron registradas por una cámara de seguridad del lugar, que filmó el momento en el que el joven agonizaba, gravemente herido, antes de ser asistido.
La captura de los motochorros
Los sospechosos fueron detenidos dos días después de ese hecho, durante una serie de allanamientos realizados a raíz de una pista que haría sido clave para dar con su paradero.
Según indicaron los voceros del caso, García y Quevedo fueron delatados por un testigo que los delató. Ese testimonio permitió que las autoridades a cargo de la búsqueda de los asesinos realizaran un seguimiento a través de sus redes sociales.
En el operativo realizado en las localidades de Llavallol y Malvinas Argentinas, además de las capturas, secuestraron una pistola Browning calibre 9 milímetros cargada y con la numeración suprimida y dos motos azules, una Honda 300 y otra Brava Altino 150, mientras que la moto utilizada en el hecho había sido hallada quemada.
El chaleco incautado era similar al que portaba uno de los dos motochorros homicidas. Por otra parte, el vehículo incautado tenía pedido de captura desde diciembre de 2019.