Tula, el adiestrador del perro Bruno: "Este caso destruyó a mi familia"

ANAHÍ BENÍTEZ. Dijo que su entorno sufrió "bullying y agresiones" y que está bajo tratamiento psiquiátrico. Su trabajo y el de su perro fue duramente cuestionado.

Diego Tula y su perro Bruno participaron de un operativo clave en el caso de Anahí

Diego Tula y su perro Bruno participaron de un operativo clave en el caso de Anahí.

Diego Tula, adiestrador del perro Bruno que fue determinante en la investigación por el femicidio de Anahí Benítez, declaró en la quinta audiencia del juicio y contó que la repercusión del caso afectó tanto a su carrera como a su familia.

Durante tres horas, Tula se sometió a un extenso interrogatorio por parte del abogado de la familia Benítez, Guillermo Bernard Krizan; del letrado defensor, Manuel Garrido; y de los jueces Daniel Mazzini, Santiago Márquez y Gustavo Ramilo. Además de describir los operativos realizados con el can Bruno en 2017, el adiestrador habló con tristeza sobre su situación personal.

"Hace un año y cuatro meses que estoy bajo tratamiento psiquiátrico y tuve un ACV", dijo Tula ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de Lomas de Zamora. Mencionó que en todos estos años, tanto él como sus hijos recibieron "bullying y agresiones" a través de redes sociales y que el caso cambió su vida para siempre. "Destruyó a mi familia", remarcó.

Cuando Tula fue convocado para la investigación en la Reserva Santa Catalina, trabajaba para la escuadra canina de la Secretaría de Seguridad del Municipio de Escobar, puesto que, según él, perdió a causa de las presiones relacionadas al hecho de Anahí. "Con este caso me echaron de Escobar y recibimos agresiones", reveló el adiestrador, quien terminó trabajando en recolección de residuos y lavando veredas.

La angustia de Tula tiene que ver con los cuestionamientos que se hicieron sobre su intervención en el caso. Su perro Bruno había marcado el rastro de Anahí en la propiedad de Marcos Bazán y también el rastro del imputado en el lugar donde encontraron enterrada a la joven dentro de la Reserva. Esa prueba clave había impulsado la condena a perpetua para Bazán en 2020, pero luego el operativo fue duramente cuestionado por el Tribunal de Casación Penal bonaerense, que anuló el fallo y ordenó hacer un nuevo juicio.

Este lunes por la mañana, la interpretación que hizo Tula sobre el comportamiento del perro fue el eje del debate durante casi tres horas: mientras la parte damnificada intentaba validar esa prueba, la defensa de Bazán sostenía que la actitud del can no era del todo clara y que el protocolo elaborado por el adiestrador no daba garantías. Como si fuera poco, en este mismo juicio, expertos vieron el video del operativo y tampoco se mostraron convencidos del resultado.

En todo momento, Tula destacó que "Bruno tiene una efectividad del 95%" y que él no tiene dudas sobre las marcaciones que hizo el perro aquella noche de 2017. "Hay que leer todo el cuerpo y la postura corporal del perro. Si encuentra el rastro, cambia la actitud. El ladrido es distinto. Me guío por las señales corporales", aseguró.