Charles-Émile Reynaud, el padre de los dibujos animados
mundos personales. El francés creó una serie de artefactos y perfecciones de los ya existentes para lograr grandes avances en el cine animado y tuvo un triste final.
El francés Charles-Émile Reynaud fue un pionero de lo que hoy día llamamos animación a partir de una serie de invenciones y del perfeccionamiento de los precarios equipos de otros tiempos.
Debido a este ilustre creador, desde 2003, el 28 de octubre es el Día Mundial de la Animación por la primera proyección pública del teatro óptico del bueno Charles-Émile Reynaud, que logró grandes avances en el cine animado, como el perfeccionamiento del zoótropo, del fenantiscopio y la creación del praxinoscopio.
Mediante este artefacto logró la sincronización de imagen y sonido, creando así discursos argumentales en sus películas. Inventó el teatro óptico: un sistema de lentes y espejos que logra proyectar imágenes animadas en pantalla.
La creación del praxinoscopio, registrado en 1876, le otorgó una gran popularidad que, dos años después, fue reconocida en la Exposición Universal de París con una mención especial.
Reynaud se había iniciado en el conocimiento de la mecánica de precisión en el taller de su padre, que era relojero, y aprende a dibujar y a pintar con su madre, que era acuarelista.
Allá por 1887 Reynaud patentó el praxinoscopio, que consistía en un cilindro con una banda de imágenes a color colocadas en su interior, un tambor central de espejos colocado de manera equidistante entre el eje del juguete y el cilindro, con una lámpara como eje para facilitar la iluminación de las imágenes.
Tiempo después y tras ser premiado, el inventor añadió al praxinoscopio una caja de madera con escenario desmontable y una abertura con vidrio para ver la animación. De esta forma cuando la tapa se levantaba y se hacía girar el cilindro, las imágenes reflejadas en el tambor de espejos se percibían en movimiento.
Luego de perfeccionar el mecanismo a gran escala, el 28 de octubre de 1892 Reynaud proyectó 15 minutos de diapositivas dibujadas sobre una cinta flexible perforada mientras sonaba música de piano y efectos sonoros detrás de la pantalla.
En 1892 presenta en el Museo Grevin sus "Pantomimas luminosas". Algunas de las más famosas son "Pauvre Pierrot!", "Clown et ses chiens", "Un bon bock" y "Autour d'une cabine".
Estas proyecciones son consideradas un antecedente del cine como espectáculo e industria. Tras la creación del cinematógrafo de los hermanos Lumière, Reynaud pierde el contrato que tenía con el museo, arroja sus dibujos al Río Sena y destruye el teatro óptico.
Émile Reynaud, el creador del dibujo animado, morirá en 1918 en un manicomio de Ivry-sur-Seine sumido en la indigencia a sus 74 años.