Pozo de Banfield: "Me dijeron 'dalo por muerto' cuando busqué a mi hermano'"
FUERTE TESTIMONIO. El hermano de un estudiante secuestrado en 1977 brindó una cruda declaración sobre cómo afectó la desaparición a su familia.
Sergio Szajnbaum es hermano de un estudiante de bioquímica secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar. En las últimas horas, declaró en el juicio que unifica los delitos de lesa humanidad cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno de Lanús, y brindó un fuerte testimonio sobre el calvario que pasó su familia.
"Mi hermano Saúl Jaime Szajnbaum fue secuestrado el 21 de noviembre de 1977. Estudiaba bioquímica, radio y televisión. Estuvo en el Pozo de Banfield hasta el 14 de mayo de 1978, cuando le hicieron un 'traslado', que probablemente significó su muerte", dijo Sergio ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Su familia se vio seriamente afectada por la desaparición Saúl. "Mi mamá fue la que más sufrió el impacto de esta situación. Tuvo un brote psicótico y la tuvimos que internar en una clínica psiquiátrica. Cuando le dieron el alta empezó a sanar al luchar buscando a Saúl junto a las Madres de Plaza de Mayo", contó ante los jueces, y reveló que su padre "tuvo una depresión profundísima y no pudo salir, se quedó adentro, le afectó el corazón y no pudo buscar ni nada". En tanto, su hermano mayor "nunca pudo salir a marchar ni pudo atestiguar en ningún juicio, no lo pudo soportar".
Szajnbaum buscó a su hermano hasta fines de la década del '70, cuado le dieron a entender que Saúl había sido asesinado. "Yo seguía buscando hasta que un amigo de la infancia que tenía contacto con la SIDE me dijo 'dalo por muerto, yo te aconsejo que te vayas del país porque nos pueden matar a nosotros'. Eso fue en 1979. Así que me fui a México estando muy alterado psíquicamente", relató.
Sergio regresó a Argentina tiempo después para continuar con la búsqueda de justicia, una tarea incansable que lleva hasta el día de hoy: "A mí me afecta lo que significa la desaparición. Yo ponía un papel, un documento en un cajón y la sensación que me agarraba es que se iba a evaporar, que no iba a estar más ese papel. Hice muchas terapias pero ese temor sigue".
Finalmente, Szajnbaum pidió a los jueces que "se iluminen y hagan justicia" y se dirigió a los imputados para darles una fuerte advertencia: "Los represores, los torturadores, no se regocijen dentro de esa perversidad que tienen, porque estas heridas son cicatrices que nos hacen más fuertes, que nos hacen estar presentes acá, y en las calles cuando cantamos 'Como a los nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar'".