Señalizaron la esquina donde fue la Masacre de Budge
gatillo fácil. En el Día Nacional de la Lucha Contra la Violencia Institucional, agrupaciones, funcionarios y vecinos recordaron a los tres jóvenes acribillados hace 35 años.
Una serie de actos, movilizaciones e iniciativas se llevaron a cabo este domingo en el marco del Día Nacional de la Lucha Contra la Violencia Institucional, donde se conmemoraron 35 años de la Masacre de Budge.
Agrupaciones sociales y de Derechos Humanos, funcionarios, familiares y vecinos realizaron diferentes actividades para recordar a Oscar Aredes (19), Roberto "Willy" Argañaraz (24) y Agustín Olivera (26), quienes fueron acribillados el 8 de mayo de 1987 en la esquina de Guaminí y Figueredo por efectivos de la Policía Bonaerense.
"La Masacre de Budge no fue el primer caso de gatillo fácil ni antes ni después de la dictadura, pero sí fue el primer caso en el que la organización de todo el barrio y la conformación de amigos y vecinos permitió sacarlo de la barriada, de donde se venía desarrollando la lucha antirepresiva", explicó María del Carmen Verdú, militante de Correpi (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional), en charla con La Unión.
Las actividades comenzaron cerca de las 10 en la esquina de Guaminí y Figueredo, donde se llevó a cabo un acto con varias iniciativas, como la inauguración de distintos murales. Ya por la tarde, se realizó una marcha donde se colocó un cartel por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que relata lo sucedido. Contó con la presencia de la intendenta Marina Lesci.
"Señalización a 35 años de la Masacre de Budge", indicó el afiche difundido por las redes sociales oficiales y firmados distintas áreas del Gobierno Nacional y de la Provincia de Buenos Aires, el Municipio de Lomas y la Comisión de Amigos y Vecinos (CAV).
Del acto, participaron, además de funcionarios nacionales, provinciales y municipales, familiares de otras víctimas de violencia institucional. "Estamos hablando de una muerte cada 17 horas por gatillo fácil o en lugares de detención. Mira si no estaremos hablando de un tema que tiene actualidad", precisó Verdú.
"La lección fundamental de Budge es que marcó el camino de la organización autogestiva e independiente, y además que dio el inicio a nuestro nacimiento como organización. Se formó ahí y se fue desarrollándose por ese camino", destacó.
EL HECHO
Aredes , Argañaraz y Olivera conversaban y bebían cerveza en la esquina de Guaminí y Figueredo, cuando fueron asesinados a balazos por tres policías bonaerenses.
Supuestamente, Olivera y Argañaraz habían tenido un inconveniente menor con la dueña de la despensa en la que compraron la cerveza, por lo que los efectivos habrían concurrido al lugar alertados por la denuncia de la mujer.
A raíz de lo ocurrido acusaron al suboficial mayor Juan Ramón Balmaceda, al cabo primero Juan Alberto Miño y al cabo Isidro Rito Romero, quienes argumentaron que se había tratado de un enfrentamiento y que las víctimas estaban armadas.
En tanto, los médicos forenses determinaron que Olivera presentaba 12 heridas de bala y Aredes 7, en su mayoría por la espalda en ambos casos, mientras Argañaraz tenía al menos 3 impactos en la cabeza efectuados a corta distancia.
Ante esta situación, el barrio donde residían los jóvenes se movilizó inmediatamente en las calles en reclamo de justicia y contra la represión policial, un tipo de protesta poco habitual en aquellos primeros años del retorno de la Democracia.
"Con la marcha de antorchas, con las movilizaciones, con el grito de 'Budge pide justicia, no hay ni olvido ni perdón', se llegó hasta Puente La Noria y, por primera vez, la represión estatal enfrentada por la movilización popular llegó a la Ciudad de Buenos Aires. Fue la primera vez que muchos miraron las gomas humeantes, los carteles, y la noticia llegó a estar en medios nacionales", agregó Verdú.
En mayo de 1990 se llevó a cabo un primer juicio oral en el que Balmaceda y Miño fueron condenados a 5 años de cárcel por "homicidio en riña", y Romero a 12 por "homicidio simple".
Pero ese fallo fue anulado luego por la Suprema Corte de Justicia provincial que dio por probado que existió una manipulación de las pruebas y ordenó un nuevo juicio, el cual se realizó en junio de 1994.
En ese segundo debate los tres policías fueron condenados a 11 años de prisión por homicidio simple, pero no quedaron detenidos hasta que el fallo quedó firme.
Esa confirmación de la sentencia se produjo en 1998, cuando se ordenó la detención de los tres condenados, pero estos se fugaron antes de ser capturados.
Recién en 1999 Romero fue capturado y, finalmente, en 2006 cayeron Miño y Balmaceda; y así comenzaron a purgar de manera efectiva con su condena, la cual ya se les dio por cumplida.