A 40 años de la Guerra: "Para nosotros Malvinas es todos los días"
RECUERDO. Este sábado se conmemoran 40 años de la Guerra de Malvinas. Juan Peralta, presidente de la Comisión de Veteranos de Lomas, afirma: "Lo llevo en la sangre, en el alma y en el corazón".
"Para nosotros Malvinas es todos los días. Por lo menos para mí que lo llevó en la sangre, en el alma y en el corazón", afirma Juan Carlos Peralta, presidente de la Comisión de Enlace de Veteranos de Guerra de Lomas de Zamora.
En la antesala de la conmemoración de los 40 años de la Guerra de Malvinas, Peralta recibió a La Unión en el centro que tienen los veteranos en el distrito, ubicado en la intersección de Frías y Garibaldi. Vestido de pies a cabeza con la imagen de las islas, reconoció: "A mí nunca me van a ver sin algo de Malvinas puesto".
Nacido en la Ciudad de Buenos Aires pero criado desde pequeño en el barrio Villa Independencia, en Lomas, el veterano relató cómo fue pasar de "salir al barrio a jugar a la pelota" a combatir en las islas. Y terminada la guerra, "la otra guerra, la de acá".
Actualmente, se dedica a los veteranos de Malvinas. "Para mí es un orgullo", apunta sobre su cargo, siendo que representa a los 62 socios de la Comisión de Enlace. Día a día, visitan escuelas, centros, universidades y unidades penitenciarias para seguir "malvinizando" Lomas de Zamora.
LA GUERRA
"A los 17 años me sortearon, y a los 18 me incorporaron. Y ese mismo día fui a Campo de Mayo. Ahí empecé la instrucción y nos empezaron a preparar", comenzó a relatar Peralta sobre aquellos años.
"Era algo totalmente nuevo. Yo salía del barrio, de ir a bailar, de jugar a la pelota, de terminar de estudiar. Y de golpe pasó todo", comentó. "El 2 de abril llega el comunicado, y después de un franco nos mandaron al Sur a completar la instrucción, a hacer la parte más dura. Nos cargaron a los camiones y fuimos al Palomar. Un cura nos bendijo, nos dio un rosario, y subimos al avión a Comodoro Rivadavia. Y de ahí, en otros aviones a Malvinas".
Para los jóvenes que fueron a defender la patria, todo era realmente nuevo y repentino. "Los primeros días nos mandaron a colocar campos minados, nos enseñaron a armar un fusil de noche porque en la oscuridad no te veías ni la mano. Aprendimos todo a la fuerza. El 1 de mayo, cuando empezó el primer bombardeo, no entendíamos nada. Eran todos gritos, llantos, dolor. Todos los días los aviones nos bombardeaban", relató.
"Eran todos gritos, llantos, dolor".
Pero un día, el conflicto bélico terminó. Tras estar preso en Malvinas, volvió a Ushuaia, después a Chubut, y de ahí al Palomar. "Nos dieron la baja, un llaverito de mierda, los documentos, y nada, fin. Y después tuvimos que luchar la guerra de acá", alertó.
EMPEZAR DE CERO
Una vez en Lomas, Peralta se dio cuenta que "era todo distinto". "Lo que más me costó fue volver acá y reinsertarme a la sociedad. Mis amigos me venían a buscar para ir a jugar a la pelota, para bailar. A mí me encantaba, pero no quería saber nada. Tenía la impotencia de que acá no se paró nada. El Mundial se jugaba, los bailes estaban abiertos, todo como si nada. Ni siquiera hubo una bandera a media asta por las víctimas", lamentó.
Sin embargo, en esa época, conoció a Selva, su actual esposa: "Ella me bancó en todas. No sabía qué hacer con mi vida, pero gracias a ella y a mis viejos, que no me dejaron solos nunca, salí adelante. Trabajé en una metalúrgica, en escuelas, en cocina, y ahora me dedico a los veteranos de guerra y a mis nietos, que son mis amores".
LOS HOMENAJES
Este sábado se conmemoran 40 años de la Guerra de Malvinas. Y si bien "para la gente es especial", Peralta reconoce que para ellos "es un día de homenaje a nuestros queridos héroes". "Nosotros tuvimos la suerte de poner los huevos por la patria y hacer lo que pudimos con lo que teníamos, pero los héroes son los que perdieron la vida allá y los que se suicidaron", señaló.
De cara a estas actividades que se preparan en Lomas y en todo el territorio nacional para homenajearlos, indicó que es algo que "está bueno", para mantener vivo el recuerdo. "Nos gusta que nos homenajeen, que nos quieran", agregó.
Actualmente, además de dedicarse a sus nietos, cumple con su segundo mandato como presidente de la Comisión de Enlace, que cuenta con 62 socios. Día a día, visitan escuelas, centros, universidades y unidades penitenciarias para seguir "malvinizando" Lomas de Zamora.
"Para mí es un orgullo. Yo soy muy peleador de la causa, y no quiero que le pase ni le falte nada a ningún veterano ni familiar. La gente no olvidó todo lo que pasó, y eso nos pone felices", completó, en charla con este medio.