Dejaron todo para recorrer el país en motorhome
Nómades . Mauricio y Carolina son de Lomas, renunciaron a sus trabajos, se fueron de su casa y viajan desde hace cinco meses por Argentina.
¿Cuántas veces escuchamos la frase "salir de la zona de confort"? Tímidamente, alguno empieza un deporte que siempre le gustó, otro se compra una TV de 80 pulgadas, pero pocos rompen con los esquemas de raíz como lo hicieron Mauricio Díaz y Carolina Villafañe.
Ella, con 35 años y contadora. Él, con 34 y mecánico dental. Dos vecinos de Lomas que decidieron dejar atrás la casa, los trabajos, el auto, las comodidades y se compraron un motorhome para recorrer Argentina en una historia que arrancó hace cinco meses.
El 14 de enero empezaron con este itinerario que se pospuso por la pandemia, casi un año atrás. Con lo ahorrado durante la vida laboral, compraron un furgón vacío, lo equiparon como motorhome y empezaron a viajar. "Siempre nos gustó viajar por el mundo y conocer culturas, lugares, pero era algo que hacíamos 15 o 20 días al año y después dedicábamos 8 o 10 horas a trabajar todos los días. Eso nos incomodaba, sentíamos que el tiempo no nos alcanzaba y no nos parecía que tuviera lógica semejante esfuerzo para tan poca recompensa, así que decidimos despojarnos de todo y salir a la ruta", contaron.
Pandemia de por medio, la idea inicial de ir a Europa de mochileros mutó a ésta que, acomodada a las limitaciones entre países, les permitía conocer el propio más en profundidad. "Agarramos la ruta de la Costa Bonaerense y fuimos hasta Ushuaia, parando en distintos pueblos, ciudades, en donde se nos ocurriera. Siempre en contacto con la naturaleza y descubriendo cosas paso a paso", explicó la pareja que muestra su vida en Instagram.
En ese tiempo, se enamoraron del trekking, subiendo una docena de senderos en distintos destinos, en contacto con bosques, hielos y lagunas, lejos de los balances y las muelas. "Puedo decir que vivimos de vacaciones. Si bien Caro trabaja a distancia y genera el ingreso para sostenernos, las preocupaciones laborales son mínimas. Vivimos en la calle, a un costado de cualquier ruta, en un bosque, frente a un lago. Vamos haciendo lo que nos parece y los planes cambian a veces a diario. Nos vamos a acomodando a lo que tenemos, con las comodidades que hay, pero seguros de la decisión que tomamos", agregaron.
"Podemos decir que le ganamos a la pandemia porque no estuvimos encerrados nunca. Claro que dejamos atrás una vida armada, donde estábamos cómodos, teníamos casa, auto, un trabajo estable, lo que la sociedad le llama 'progreso'. Pero nos repreguntamos que queríamos para nosotros y rompimos con los paradigmas propios. Pasé de tener 8 ollas a tener solo 2, de un placard enorme a 2 bauleras. Un poco alejados de tanto consumo, vivimos con mucho menos y somos mucho más felices", dicen.
El futuro es un incierto absoluto para esta pareja y todo está por ocurrir. La idea a nivel general incluye el mundo entero, aunque algo más terrenal apunta a Alaska. Pero no hay apuro. "Ahora estamos en Neuquén y vamos a volver a Buenos Aires a arreglar algunos detalles del motorhome. Y después volveremos a salir. No hay un plan tan claro, pero sin duda no nos imaginamos instalándonos en ningún lado. Pasamos a ser nómades, a despojarnos de las cosas, del sueldo fijo, para deambular con lo básico para estar cómodos. Una vez que salís así se te abre la cabeza de una manera que difícilmente quieras volver a lo anterior", concluyeron.