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Tres holandeses vivieron la pasión de los hinchas en las canchas del Sur

groundhopping por el conurbano sur. Realizaron un tour por Buenos Aires y Rosario viendo partidos de fútbol de distintas categorías. Estuvieron en los estadios de Banfield, Lanús y Talleres de Escalada y contaron su experiencia.

Aliento, tribunas coloridas, partidos aguerridos. El fútbol argentino respira pasión y se vive de una forma que en otras latitudes del globo no se sienten. Por eso no sorprende que un grupo de tres holandeses hayan decidido viajar unos cuantos kilómetros para poder ver de cerca lo que se ve por pantallas.

Ron Coppens, Pim Meussen y Theo van Gestel se sumaron a una iniciativa turística que lleva el nombre de groundhopping y consiste en viajar a distintos países y recorrer todo tipo de estadios de fútbol. En su arribo a Argentina decidieron visitar canchas de Primera División y del ascenso e hicieron tres paradas en el Sur: fueron a ver a Banfield, a Lanús y a Talleres de Escalada.

En total visitaron 18 estadios en 14 días dentro de la Capital Federal, el Conurbano y Rosario. “Puedo decir que, en general, el ambiente en los estadios argentinos es fenomenal. Cada club de fútbol tiene sus propios fanáticos y crean mucho ambiente. ¡Más que en Europa!”, refirió Ron, en diálogo con La Unión.

En sus visitas al Sur, presenciaron el choque entre Banfield y River en el Florencio Sola, el de Lanús y Rosario Central en la Fortaleza Granate y el de Talleres ante la UAI Urquiza en Timote y Castro.

Una de las experiencias más gratificantes la vivieron en Peña y Arenales donde, curiosamente, pudieron presenciar un partido con visitantes, algo que por estos días no ocurre ningún estadio. “Nos sorprendió que los hinchas visitantes fueran admitidos en el estadio. Eso fue muy bueno para el ambiente general y la experiencia de la competencia. El estadio estaba repleto con 35 mil personas y estábamos muy felices de estar ahí”, contó Ron.

Más allá del resultado –terminó en empate 1 a 1- el partido tuvo otra particularidad: se cortó la luz y se armó la fiesta. “Estábamos en la oscuridad, pero los fans seguían cantando. Fue genial y es difícil encontrar las palabras correctas para describirlo. Es una de las mejores experiencias que nos tocó vivir durante nuestro viaje de fútbol”, comentaron.

A la hora de visitar la cancha de Lanús, también vivieron un momento especial: la lluvia. “Después de una semana en Buenos Aires, no había visto ninguna lluvia y justo nos tocó ahí”, expresó Ron quien resaltó la calidad del Ciudad de Lanús. “El estadio es un hermoso edificio con grandes stands y eso me encanta”, indicó.

Otro detalle que llamó su atención fue el tipo de público un viernes a la noche. “Lo sorprendente es que muchas familias con niños vienen al estadio, aunque el horario sea muy tarde. Eso es diferente en Europa. Los niños están en la cama allá cuando está oscuro, pero en Argentina el fútbol es tan importante que toda la familia va al juego. Eso es genial”, detallaron.

Finalmente, en la cancha de Talleres disfrutaron de la calidez de un club menos masivo pero más social. “Después de ingresar al estadio, le pregunté a un niño -de 16 años y que hablaba muy bien inglés- dónde estaba el baño. Nos llevó y luego nos hizo un recorrido por el estadio. ¡Incluso nos permitieron entrar a las oficinas y ver el gabinete de trofeos! El mismo niño ya había viajado a Europa una vez (Inglaterra y los Países Bajos) para aprender el idioma inglés. Fue una experiencia muy bonita, además de un partido muy divertido”, comentaron los tres fanáticos del fútbol. “El graffiti en los estadios es algo que realmente me gusta y en Talleres había mucho”, resaltaron.

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