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Nueva protesta de los “chalecos amarillos”

plan de lucha. Movilizaciones menos convocantes que en otras oportunidades protestan en distintas ciudades de Francia con Paris como epicentro de las reuniones.

Las acciones violentas de otras oportunidades estaacuten en descenso

Las acciones violentas de otras oportunidades están en descenso.

Los "chalecos amarillos", que protagonizan una protesta desde mediados de noviembre en Francia, se manifestaron de nuevo este sábado, abriendo un "gran mes" de movilización para marcar el fin del "gran debate" lanzado por el presidente, Emmanuel Macron, en respuesta a su movimiento.

En París, varios cientos de personas se concentraron en el Arco del Triunfo y desfilaron por 12 kilometros bajo una fuerte vigilancia policial. También se organizaron marchas en otros puntos del país, por la tarde, en ciudades como Marsella, Montpellier, Toulouse y Arles (sur), en Estrasburgo (noreste), Nantes (oeste) o Burdeos (suroeste).

En el norte, los organizadores llamaron a los "chalecos amarillos" de la región y de los países vecinos (Bélgica, Reino Unido, Luxemburgo, Holanda, Alemania) a "converger" hacia Lille.

"La lucha es internacional", afirmaba el mensaje del evento en Facebook, traducido al inglés y al alemán.

En París, la multitud era menos numerosa que la de otros sábados, admitieron varios manifestantes, que tenían las esperanzas puestas en la protesta del 16 de marzo, presentada como una jornada clave.

El 16 de marzo coincide con el fin del Gran Debate nacional que el 15 de enero lanzó el jefe del Estado francés. Este último, muy criticado por los "chalecos amarillos", que reclaman su dimisión, organizó una consulta nacional sin precedentes, de dos meses de duración, para intentar responder a la ira de los manifestantes, recabando las inquietudes de los franceses.

El debate, que dio lugar a 10 mil reuniones en Francia y más de un millón de aportaciones por internet, fue tachado de "farsa" y de "campaña de comunicación" por numerosos "chalecos amarillos".

"El 16 será decisivo", declaró Raymond, técnico de mantenimiento de 55 años, que desde el 17 de noviembre acude a París cada sábado para manifestarse.

Aunque Macron afirmó el viernes que "un buen número de franceses" ya no "comprendía ese movimiento", Cathérine, jubilada, consideró que la movilización no ha perdido fuelle. Muchos franceses "son chalecos amarillos en su interior, no necesitan estar presentes físicamente", sostuvo.

El atípico movimiento de protesta, apolítico y al margen de los sindicatos, surgió contra la subida de los carburantes y para exigir un mayor poder adquisitivo, pero con el tiempo ha extendido sus reivindicaciones.

El 17 de noviembre, 282 mil manifestantes participaron en el primer acto del movimiento, nacido en redes sociales. El pasado sábado, lo hicieron 46 mil, de los que 5.800 lo hicieron en París, según las autoridades, unas cifras que los manifestantes suelen cuestio

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