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A diez años de la venganza de Quentin Tarantino sobre Hitler

va de retro.

El director estadounidense estrenaba hace una década “Bastardos sin gloria”, una película revisionista sobre la II Guerra Mundial con Brad Pitt, Christoph Waltz y Mélanie Laurent en el elenco. Se convirtió en un clásico.

Hace una década llegaba a las salas “Inglourious basterds”, o “Bastardos sin gloria” en nuestra lengua, de Quentin Tarantino, una película revisionista sobre la II Guerra Mundial.

“Creo que esta podría ser mi obra maestra”, aseguró el propio director, a pesar de que la mayor parte de los especialistas y el público coinciden en apuntar que “Pulp Fiction” sigue siendo su mejor película.

Con un reparto estelar encabezado por Brad Pitt, Christoph Waltz, Mélanie Laurent, Eli Roth, Michael Fassbender, Diane Kruger y Daniel Brühl, Tarantino apuesta por una historia de venganza despiadada protagonizada por un escuadrón de soldados judíos estadounidenses cuya única finalidad es eliminar cuantos más nazis mejor.

“Cada uno me debe un centenar de cabelleras nazis”, asegura el teniente Aldo Raine, encarnado por Brad Pitt.

La trama arranca en la Francia ocupada por los nazis con la memorable introducción del coronel Hans Landa (Waltz), una de las mejores creaciones de Tarantino, un “caza judíos”, tan encantador como mortífero e implacable en sus intenciones.

Empleando música de Ennio Morricone, Landa y sus hombres llegan a la granja de la familia LaPadite en busca de una familia de judíos aún por localizar.

Después de un tenso diálogo, el patriarca, tembloroso, admite que los huidos están escondidos en el sótano y los nazis abren fuego sobre ellos a discreción. Sin embargo, Shosanna (Laurent), la hija más joven de la familia asesinada, logra escapar.

Tarantino presenta años después a la banda de Raine, cuyo fin de acabar con el régimen nazi coincide en el tiempo con los planes de venganza de Shosanna, que ahora regenta un cine en París y trata de pasar inadvertida, aunque ve la oportunidad perfecta para llevar a cabo sus planes cuando Joseph Goebbels (ministro nazi de Propaganda) decide estrenar allí mismo una película sobre un héroe de guerra alemán.

Aprovechando la ocasión, con la plana nazi reunida en ese escenario, Shosanna planea blindar todas las salidas e incendiar el lugar, pero desconoce que el grupo de Raine pretende aprovechar la velada para acabar con Hitler haciéndose pasar por miembros de la industria cinematográfica alemana y empleando explosivos.

“Bastardos sin gloria” fue nominada a ocho Óscar, incluidos los de mejor película, mejor director y mejor guión, y se llevó el galardón al mejor actor de reparto para Waltz. Además, recaudó más de 320 millones de dólares en todo el mu

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