No pudo ejercer como maestro de jardín, pero se dedica a divertir a los niños
es de lomas y anima fiestas infantiles . Walter Liendo estudió para educar a la primera infancia, pero los prejuicios de los adultos y la situación social actual no le permitieron trabajar de su profesión y se dedicó a la animación.
A pesar que desde un principio supo que dedicarse a la educación de la primera infancia sería complicado porque es un oficio vinculado al género femenino, igual Walter Liendo (46) quiso terminar de estudiar en el Instituto Superior de Formación Docente de Banfield porque esos conocimientos lo ayudaron para dedicarse al mundo de los niños de lleno, pero desde otro ámbito.
Los prejuicios de los mayores unidos a una situación social donde los abusos son noticias todos los días, Walter supo desde que comenzó a cursar la carrera que sería complicado conseguir un trabajo como maestro jardinero.
“Recuerdo que cuando me fui a anotar en el Consejo Escolar, allá por 2002, me informaron que era el primer maestro jardinero de todo Lomas y eso fue un gran incentivo para poder luchar y ser incluido en el sistema, pero fue muy difícil”, relató Walter que hoy se es más conocido como Walter Pochoclo.
Después de varios intentos, este vecino de Lomas logró sólo ejercer una vez en un aula cubriendo un reemplazo de una maestra.
“Fui a entregar mi currículum a muchas escuelas privadas, pero nadie quería saber nada de poner un hombre a cargo de niños y lo fui entendiendo, por eso un día ya cansado de buscar trabajo me ofrecí para animar una fiesta infantil y desde ese momento jamás paré de trabajar”, detalló.
Todos sus conocimientos pedagógicos los volcó en su nuevo trabajo y no está arrepentido porque lo llaman de todo el Conurbano para animar fiestas privadas o para eventos de escuelas. También se une a proyectos solidarios siempre que puede.
“Nunca dejé de estudiar, siempre leo mucho respecto a la educación inicial y por eso vuelco todo lo que sé en lo que hago actualmente y eso es un plus porque la gente lo nota. Hago un tipo de animación inclusiva donde no faltan los malabares, la magia, evito las competencias porque me parece que no suman y además hacemos hasta números bien murgueros”, contó este maestro de profesión que nunca bajó los brazos, siguió su vocación y hoy la puede volcar en un ambiente de diversión y entretenimiento absoluto.