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Jugó en Los Andes, se enamoró de los colores y sueña con fundar el club “Mil Rayitas FC”

Pasión a la distancia.

Pablo González fue parte del equipo de “Los pibes” de la temporada 2004-2005 y le tomó un gran cariño a la institución, al punto de armar una escuelita de fútbol en Chamical, La Rioja, y ponerle toda la impronta del club de Lomas de Zamora.

Apenas un año le alcanzó a Pablo González para forjar un vínculo para siempre con Los Andes. Su paso como futbolista por la institución en la temporada 2004-2005 lo marcó a fuego, le dejó huellas imborrables, y a partir de esa experiencia se lanzó en un ambicioso proyecto: fundar un club en su ciudad natal de Chamical, La Rioja, llamado “Mil Rayitas Fútbol Club”.

González se destacó en un equipo que, por el buen juego que desplegaba, dejó un grato recuerdo en todos los hinchas, con pibes como Jonathan Maidana, Jonathan Tridente y Marcos Brítez Ojeda y otros más experimentados como Gustavo Ruiz Díaz y Daniel Vega. Y justamente de los pies de este mago riojano, como se lo apodaba, salía lo más lindo del equipo que conducía Juan Carlos “El Nene” Díaz.

“Los Andes fue el club que me cumplió el sueño de ser futbolista profesional y me hizo un contrato para vivir del fútbol y no lo olvidaré nunca. Cuando llegué a Buenos Aires, mi objetivo era ser profesional y el club, luego de que “El Nene” me probará en un amistoso con los jugadores libres, me dio la oportunidad. Eso siempre lo hizo especial para mí y por eso, cuando volví a Chamical y empecé con la escuelita, no dudé en ponerle algo vinculado a Los Andes”, comentó González en una charla con Diario La Unión.

Y la elección del nombre nunca se dudó. El “Mil Rayitas” siempre estuvo en su cabeza. Se le impregnó en esos viajes que hacían con el plantel en los que no paraban de entonar ese hit que dice “vamos Milrayitas, vamos a volver, que nos queda chica la B, a primera vamos a volver…” y que aún lo recuerda a la perfección. Y cuando llegó la oportunidad, no lo dudó-

Al momento de crear su escuelita en Chamical, a más de 1000 kilómetros de Lomas de Zamora, se le hicieron presente todas esas vivencias que compartió con el plantel, al que define como un “gran equipo” pero sobretodo un “hermoso grupo” de personas. “Todos me ayudaron un montón en ese momento, yo tenía 21 años y me sentí muy querido, muy apoyado, tanto por el “Nene” Díaz y el “Pato” Aimetta como por mis compañeros, que siguen siendo amigos, y por los hinchas. Viví un año inolvidable”, remarca a la distancia.

UNA ESCUELITA, UN SUEÑO Y UN AMOR INCONDICIONAL. La experiencia vivida en Lomas de Zamora lo llevó a crear en 2011 su propia escuela de fútbol y ponerle una impronta bien de Los Andes, con un nombre que le hace correr sangre roja y blanca por las venas, un escudo que acorta los 1000 kilómetros que separan a Lomas de Chamical y una camiseta que forja un gran sentido de pertenencia.

Esta escuela cuenta actualmente con 50 chicos en el fútbol infantil (de cinco a 15 años), 25 chicas en fútbol femenino y 40 adultos en veteranos +35. Y todos defienden los colores como si jugasen en el Eduardo Gallardón. “Las camisetas son muy similares a la de Los Andes, con modelos que saqué de diferentes versiones que ha usado el club”, comenta González. Y remarca que, en este camino, su máximo objetivo es “formar a los chicos para que vayan a jugar en Buenos Aires”, y si es en Los Andes “mucho mejor”, para avanzar en su proyecto de fundar el club “Mil Rayitas Fútbol Club Chamical”, el cual está bastante avanzado.

“Ya hice los trámites de la personería jurídica y me confirmaron que los papales estaban bien, pero todo se frenó por el tema de la pandemia. Lo que falta es abrir una cuenta en el banco con el nombre del club y no mucho más. Cuando eso sea oficial, armaremos la Asamblea, haremos la apertura de los libros y estaría todo listo para el fundar el club”, detalla “El Mago”, que actualmente trabaja en la parte de deporte con el diputado provincial de La Rioja, Renzo Castro, que, según comenta el exmediocampista, le dio una “importante mano” en esta movida para promover el deporte en su ciudad natal.

Pero el sueño de González no termina con la fundación del club. Va por otro objetivo importante: armar el microestadio. Y obviamente, con impronta lomense. “Quiero que sea similar al Eduardo Gallardón, eso me encantaría”, tira, claro y conciso, con una idea concreta de lo que quiere. “Para conseguirlo, necesito estar vinculado a Los Andes, formándole jugadores y así armar un ida y vuelta, porque el derecho de formación que puede tener de los chicos que lleve, me dará la posibilidad de empezar a cumplir mi sueño del microestadio”.

SUS PRIMEROS PUPILOS. Ese lazo que González forjó entre Chamical y Los Andes ya empezó a dar sus frutos. Y de a poco, la cantera de Villa Albertina comienza a nutrirse de jugadores de la escuela “Mil Rayitas” de La Rioja. Los primeros en llegar son Carlos Toledo Pinto, hoy Octava División, y Thiago Duarte, en Séptima, quienes se desempeñan como volantes ofensivos y buscan cumplir el mismo sueño que su maestro: debutar en primera con la camiseta de Los Andes.

Estos dos chicos son la muestra que, gracias al trabajo que lleva González hace años a puro pulmón, la distancia que separa a Lomas de Chamical no es tan extensa como dice el mapa. Y Los Andes es el gran responsa

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