La iglesia y la tecnología, aliados para estar en contacto con los fieles

UN REPASO POR SU ORIGEN BRITÁNICO Y SU PRESENTE. Ante la imposibilidad de asistir presencialmente a los cultos y las actividades, la virtualidad fue indispensable para que la Parroquia de la Santa Trinidad de Temperley pueda estar cerca de sus feligreses.

La Parroquia de la Santa Trinidad de Temperley, de origen británico y declarada Edificio Histórico y Artístico Nacional, fue otra de las instituciones que debió adoptar nuevas herramientas en plena pandemia, con el objetivo de seguir en contacto con los fieles, sin descuidar a aquellos que no manejan la tecnología. Gracias a YouTube y Zoom pueden desarrollar sus actividades: el pastor Mario Agreda contó que la virtualidad “llegó para quedarse como complemento”, incluso una vez que se normalice la situación.

La pandemia y la cuarentena trajeron la imposibilidad de que los fieles pudieran ir al templo presencialmente. Gracias a la virtualidad, aprendieron, desarrollaron y mejoraron nuevos canales de comunicación para estar cerca de los vecinos: los cultos de cada domingo se emiten por YouTube, mientras que las actividades semanales, como los estudios bíblicos o las reuniones con adolescentes, se llevan a cabo por la plataforma Zoom. “Todas las iglesias que adoramos a Jesús estamos más unidas que nunca”, dijo Agreda.

“No hemos interrumpido ninguna actividad. Gracias a los teléfonos y las computadoras hemos podido alcanzar con nuestro mensaje evangélico a fieles que no viven en las cercanías de la iglesia, como gente del interior del país y también del extranjero”, admitió el pastor, quien ya piensa a futuro y toma la virtualidad como una aliada: “Llegó para sumar y acoplarse a lo presencial, para aquellos que no pueden acercarse hasta Temperley”.

Pero tampoco se olvidan de los que no están familiarizados con la tecnología. “En estos tiempos hay mucha necesidad espiritual y, mientras más pasan los días, la problemática se agudiza. Nuestra población cuenta con adultos mayores y personas que viven solas, quienes necesitan ayuda. Incluso muchos no manejan la tecnología, pero sí nos comunicamos con un llamado al teléfono fijo”, explicó Mario sobre la minuciosa labor que llevan a cabo.

EL SURGIMIENTO. A finales del siglo XIX, la llegada al país (y particularmente en la zona Sur) de nuevas industrias y el ferrocarril hicieron que acaparara la atención de muchos inmigrantes, como los británicos. Al quedarse por muchas décadas en Argentina, establecieron sus propias instituciones comunitarias, sobre todo las sociales, las religiosas y las educativas. “Era normal que en esa época y hasta la década del ’50 del siglo pasado, las iglesias tuvieran un público de origen inglés”, contó Agreda.

La Parroquia de la Santa Trinidad se construyó en 1872 y la comunidad británica fue vital para su nacimiento. Pese a que actualmente quedan pocos feligreses de esa nacionalidad, algunos de los que asisten son descendientes. De todas maneras, cuentan con fieles que pertenecen a varios sectores de la sociedad gracias a que en su momento se cambió el idioma para los cultos y se convirtió en más integral. “Nos caracterizamos por tener una comunidad pequeña, pero que participa y es muy activa. Todos se conocen y comparten sus vivencias”, acotó Mario.

Cabe destacar que, en 2017, se declaró a la Parroquia de la Santa Trinidad -y también a la Iglesia Evangélica Metodista y a la Iglesia Presbiteriana San Andrés-, como Edificio Histórico y Artístico Nacional, por ser los templos más antiguos de la comunidad británica en la zona.

Para los fieles que necesitan ayuda, compañía o simplemente comunicarse con la institución, pueden hacerlo por teléfono al 21156164 o por correo electrónico a lomas@anglicana.org.ar.

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