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“La casa, la escuela y el club son los lugares que educan a los chicos”

Opinión. Nahuel Rey, dirigentes del Sarmiento de Lanús, valoró la importancia de ayudar a sostener los clubes de barrio en el delicado contexto que les propone la cuarentena. ?No vamos a cerrar pero estamos muy mal?, confesó.

Si comercios y empresas que dependen del dinero que generan están complicados, es lógico pensar que un club de barrio esté al límite cuando el bien de mayor valor no es cuantificable, sino que es el esfuerzo de su gente.

Nahuel Rey es dirigente, integrante de la Comisión Directiva y ex presidente del Club Sarmiento de Lanús, una entidad centenaria en la ciudad y con un fuerte sentido de pertenencia en el barrio. Nacido y criado a una cuadra del club, allí atravesó la mayor parte de sus 40 años y hoy ve con preocupación la actualidad que castiga por la pandemia. “La situación es desastrosa y todos los clubes tienen que hacer un importante esfuerzo para sostenerse. Nosotros estamos ubicados en un barrio de clase media y tenemos la posibilidad de, quizás, juntarnos entre los dirigentes y mantener en pie la institución pero no es la realidad de la gran mayoría y eso duele”, indicó.

Más allá de la suerte que le toca correr al club, esta situación los lleva a un límite muy fino aunque descartan la posibilidad de no volver. “El club no va a cerrar porque todos podemos aportar un granito de arena para mantener la estructura. Pero el panorama es difícil y sabemos que es probable que este año no volvamos a abrir. Y arrancamos el 12 de marzo con esto: desde ese día estamos sin ingresos más allá de algunas cuotas sociales”, detalló.

Sarmiento tiene unos 250 deportistas practicando aikido, taekwondo, fútbol masculino y femenino, vóley y algunas disciplinas como gimnasia artística en un salón de usos múltiple. “Este año habíamos renovado los baños de los dos pisos, además de mejorar los vestuarios y pintar la cancha. Todo con la ilusión de tener un 2020 de más crecimiento pero esto nos mató”, reconoció Rey.

En su visión, similar a la de otros dirigentes que encabezan ese rol, el club de barrio cumple un papel fundamental en la formación de los niños. “Los clubes somos un nicho medio olvidado. Recién ahora parece que nos van a dar bola pero siempre les costó escucharnos. Nadie entiende que los dirigentes pasamos y los clubes siguen estando, con su problemática, con todos sus detalles. El club es, después de la casa y la escuela, el tercer lugar de educación de los hijos. Es una pata más de la formación de esos chicos en sociedad y debemos ser reconocidos de esa forma”, agregó.

Nieto de un ex presidente de la institución, Rey dedica horas de su vida a diario en favor del club y cada uno de sus rincones. Y no se arrepiente. “Siempre me acuerdo de un amigo de Villegas que me veía rezongar a veces y me decía ‘el día que te alejes un poco del club, vas a pensar: yo estaba metido ahí todo el día, ahora puedo estar más tranquilo’. ¿Y sabés que pienso? No creo que me vaya a ir nunca del Sarmiento. Tengo un arraigo personal con el barrio que me va a dejar acá para siempre y un sentimiento que es más fuerte que todo

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