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Social Lanús y sus mujeres esperan el regreso a la normalidad

en cuarentena. El club es uno de los pocos conducidos por una Comisión Directiva mayormente femenina y fue elegido por las autoridades de Salud para recibir pacientes de Covid-19 de ser necesario.

Ni mejor, ni peor: diferente. El Club Social Lanús es uno de los pocos que se caracteriza por ser comandado por mujeres. Desde hace casi tres décadas, la Comisión Directiva es mayormente femenina y el buen manejo de ellas les permite ser una de las instituciones que el Distrito eligió para recibir enfermos de Covid-19, de ser necesario.

Cristina Salgueiro es la vicepresidenta pero lleva 30 años ocupando distintos cargos, desde sus inicios en los ‘90 como tesorera y acomodando las finanzas del club en un peligroso camino de deudas. “Cuando empezamos a estar tan mal en los ‘90, se armó un grupo fuerte de hombres y mujeres para sacar el club adelante. Después de un tiempo, los hombres se cansaron y las mujeres fuimos quedando al frente. Actualmente, el único hombre –Víctor- que está en CD se encarga de la parte deportiva y el trabajo con los chicos de básquet”, contó. Además de Cristina, la Comisión está compuesta por Pilar, Elis, Araceli, Mónica y María Eugenia, madres de jugadores, vecinas o ex deportistas del club.

En un contexto tan difícil como el actual, la garra de ellas le permite al Social sostenerse y poder esperar -aunque con ansias- el reinicio de las actividades. “Nunca vi algo así. Como parte de la Comisión, hemos pasado todo tipo de situaciones pero esto es inédito. Esperamos no tener que abrir el club para recibir a vecinos infectados porque eso quiere decir que no fue necesario pero, si pasa, estamos a disposición”, detalló. El club es uno de los ocho en la localidad que abriría sus puertas: en este caso, en una segunda etapa, luego de que se ocupen todas las camas de otras instituciones como los clubes Lanús, Talleres de Escalada y El Porvenir, entre otros. “Estamos para ayudar, nos brindamos a la comunidad no solamente en lo deportivo o social sino también cuando hay una emergencia como ésta”, indicó.

Con la pileta de natación y el básquet como las principales actividades, el Social Lanús recibía a unos mil vecinos cada día. Incluso, este año habían hecho una importante inversión para mejorar el natatorio y el servicio que prestaban. Sin embargo, a puertas cerradas desde el 16 de marzo, ese ritmo frenético de gente yendo y viniendo no se da y la ausencia es notoria. “Con el grupo nos movíamos para ir todos los días al club. Es un trabajo muy grande el que se hace pero también es una pasión. Sabemos lo que significa el club para la gente y también sufrimos por lo que significa para nosotros ésta distancia que debemos mantener”, agregó Cristina.

En este sentido, el grupo de mujeres se sostiene a través de lo virtual. “Nos hacemos videollamadas para vernos las caras, charlar o reírnos un rato. Vivimos todas en el barrio y cada tanto una se acerca para llevar o traer algo y hablamos desde la ventana. Una extraña lo social, abrazarse, compartir una charla en persona. Es muy difícil y pienso que a los chicos les debe costar mucho el no estar con los amigos”, comentó. “Yo tengo fe de que todo va a volver a la normalidad y, si este año no se vuelve, será el que viene. La prioridad es la salud y cuidarse”, conclu

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