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Crece tensión por las condenas a muerte de opositores egipcios

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Un día después de que la Justicia egipcia condenara a muerte a casi 700 opositores al gobierno de facto, la perseguida dirigencia islamista llamó hoy a tomar las calles mañana en protesta por las sentencias, mientras que Estados Unidos advirtió a su aliado sobre sus "decisiones preocupantes".

Ante la lluvia de críticas dentro y fuera del país, la Fiscalía general de Egipto recurrió uno de los fallos de ayer que confirmó la sentencia de muerte a otros 37 simpatizantes y militantes de la Hermandad Musulmana, según informó hoy el Ministerio de Justicia en un comunicado citado por la agencia de noticias EFE.

Esos 37 condenados, al igual que los otros 683 -entre los que se destaca el guía supremo de la Hermandad Musulmana, Mohamed Badie-, fueron acusados por protestas que dejaron dos policías muertos el año pasado en la provincia de Menia, en el norte del país.

Pese a recurrir las condenas a muerte confirmadas, el Ministerio de Justicia rechazó las críticas locales e internacionales, que sostenían que el gobierno de facto, surgido tras un golpe de Estado el año pasado, estaba persiguiendo judicialmente a la Hermandad Musulmana, la principal organización islamista de Egipto.

"Uno de los principios básicos de cualquier sistema democrático es la separación entre autoridades y la independencia de la Justicia, junto con la no injerencia del Poder Ejecutivo en el trabajo de la autoridad judicial", sostuvo el Ministerio en su comunicado.

Al mismo tiempo, un tribunal de contravenciones de Ciudad de Nasr, en la capital egipcia, condenó hoy a 29 presuntos islamistas a penas de cinco años de cárcel por su supuesta vinculación con algunas de las protestas que siguieron al golpe de Estado del 3 de julio pasado, que derrocó al presidente islamista, Mohamed Mursi.

La seguidilla de sentencias tras juicios sumarísimos provocó la reacción de la dirigencia islamista, que había quedado visiblemente desmovilizada desde la cruenta y masiva represión de agosto pasado, cuando más de 600 opositores murieron a manos de las fuerzas de seguridad. Hoy, la Alianza para la Defensa de la Legitimidad, la coalición islamista liderada por la Hermandad Musulmana, el movimiento de Mursi, llamó en un comunicado a sus seguidores a salir a las calles mañana en "una movilización revolucionaria con ira en rechazo a las injustas condenas".

Las últimas veces que multitudes de seguidores y militantes islamistas salieron a las calles en El Cairo y las principales ciudades del país, la jornada terminó con represión y detenidos.

La tensión y el temor de una nueva escalada llegó hasta Washington, donde el canciller de facto egipcio, Nabil Fahmy, se reunió hoy con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.

"Todos sabemos que hubo decisiones preocupantes dentro del proceso judicial", afirmó Kerry en una conferencia de prensa conjunta con su par egipcio, en relación al juicio masivo que terminó ayer en con las casi 700 penas de muertes.

"Queremos que el gobierno interino tenga éxito. Tenemos esperanza y esperamos un proceso político inclusivo y una constitución que (...) amplíe la base democrática", agregó el anfitrión, a menos de un mes de las elecciones presidenciales de Egipto del 26 y 27 de mayo, las primeras desde el golpe.

Fahmy respondió con fórmulas diplomáticas, aunque horas antes había reconocido, ante un influyente centro académico en Washington, que las relaciones con su principal aliado estaban atravesando "tiempos turbulentos" desde el golpe contra Mursi.

Prueba de ello es que el Congreso frenó hoy un intento de la Casa Blanca de volver a girar al gobierno de facto egipcio 650 millones de dólares de la partida de 1.500 millones de ayuda militar que había sido congelada tras la represión de agosto pasado.

"No estoy listo para firmar el envío de una ayuda adicional al Ejército egipcio. No estoy listo para hacerlo hasta que veamos evidencia convincente de que el gobierno está comprometido con el Estado de derecho", explicó el veterano senador demócrata Patrick Leahy ante el pleno de la Cámara alta. Leahy, que preside la subcomisión que supervisa la ayuda a terceros países, fue el creador de la enmienda que prohíbe a Estados Unidos financiar a gobiernos surgidos de un golpe de Estado.

Mientras la Casa Blanca no podrá enviar los 650 millones de dólares que había prometido a El Cairo para su "lucha antiterrorista" en la península del Sinaí, si podrá cumplir con el envío de diez helicópteros Apache, ya que éstos no deben ser autorizados por el Congr

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