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Juró Gani como nuevo presidente de la convulsionada Afganistán

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Ashraf Gani juró como presidente de Afganistán, con desafíos como el recrudecimiento de la insurgencia talibán y una difícil situación financiera a pocos meses de la retirada de las tropas de la OTAN.

La ceremonia de toma de posesión, celebrada en el Palacio Presidencial de Kabul, marca el primer relevo democrático en la historia reciente del país asiático, tras un difícil proceso electoral de seis meses de duración.

Gani reemplaza a Hamid Karzai, presidente afgano desde la invasión de Estados Unidos que derrocó a los talibanes en 2001 y que asistió a la ceremonia de juramento, según mostró en directo la televisión local Tolo y reproduce la agencia de noticias EFE.

Tras un rezo musulmán, Gani subió al escenario ataviado con un turbante negro para jurar el cargo y acto seguido hizo el juramento su vicepresidente Rashid Dostum, polémico ex militar acusado de graves crímenes de guerra.

Luego llegó el turno de Abdullah Abdullah, quien asumió su puesto como nuevo jefe del Ejecutivo, una figura por debajo de la autoridad de Gani, quien se impuso en los comicios con el 55 por ciento de los votos.

La inauguración del nuevo mandato llega tras un difícil proceso electoral en el que Abdullah acusó a Karzai, a la Comisión Electoral y a Gani de fraude electoral, una crisis que hizo temer por la estabilidad del país y la formación de un Gobierno paralelo.

Tras la intervención del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ambos candidatos acordaron una auditoría de los votos y la creación de un Gobierno de unidad nacional con la presencia de los dos políticos.

En su primer discurso como presidente, Gani pidió a los talibanes que se unan a una negociación política, tras el fracaso de intentos anteriores, y afirmó que luchará contra la corrupción.

"Sin paz la estabilidad es imposible", remarcó el nuevo mandatario.

Sin embargo, los talibanes afirmaron el pasado viernes que no negociarán con la nueva administración de Gani, porque es un "esclavo" de Estados Unidos "carente de poder (que) siempre protegerá los intereses" del país norteamericano.

Entre los primeros cometidos de Gani se encuentra la firma de un acuerdo de seguridad con Estados Unidos tras la salida de la misión de la OTAN, la ISAF, a finales de este mismo año.

Estados Unidos anunció que 9.800 militares permanecerán en territorio afgano hasta fines de 2016, a la espera de que se firme ese pacto con el nuevo Gobierno.

El conflicto afgano se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos, que propició la caída del régimen talibán en 2001 y después de que el año pasado las fuerzas de seguridad afganas se hicieran responsables de la seguridad ante la retirada paulatina de la ISAF.

La violencia es especialmente cruenta con la población civil: en los seis primeros meses de este año perdieron la vida 1.564 civiles, un 17% más que en la primera mitad de 2013, mientras que los heridos aumentaron un 28% hasta los 3.289.

La economía es otro de los retos de Gani, hasta el punto de que el Ministerio de Finanzas tuvo que negar los rumores en los medios locales de que el Gobierno no cuenta con fondos para pagar a sus funcionarios en el mes de octu

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