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¿Qué ver en las vacaciones?

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"Mickey Mousing", cortos animados musicalizados en vivo; La Bomba del Tiempo y el grupo musical Caracachumba son algunas de las propuestas musicales de la cartelera porteña, para estas vacaciones de invierno.

"Mickey Mousing", cortos animados musicalizados en vivo, se podrán ver del 18 al 28 de julio, de martes a viernes a las 17.30, en Bebop Club, en Moreno 364, de Capital Federal.

Los cortos están musicalizados por un octeto de jazz conformado por Pedro Alvide (Clarinete), Valentino Salami (trompeta), Daniel Worner (saxo), Nicolás Neira (piano), Bruno Montonatti (bajo), Matías Menarguez (batería), Daniel Zabotkine (efectos de sonido) y Marcos Barilari (guitarra y composiciones).

A continuación contesta el artífice del proyecto, el compositor Marcos Barilari:

¿De qué se trata el espectáculo?

Marcos Barilari: Representa la metodología de trabajo de los primeros cortos animados de Mickey en cuanto a proceso de composición musical y sincronización audiovisual, es decir, de "Mickey Mousing", que es un término inventado en los 30 para categorizar la música escrita especialmente para el cine de animación, la cual rítmicamente hacía mímica de todo lo que sucedía en pantalla. Como podemos sospechar, el término viene de los primeros cortos de Mickey Mouse, los cuales eran íntegramente musicalizados bajo esta premisa. El show consiste en seis cortos de Mickey, de los primeros en producirse, para los cuales escribí música original, que se toca en vivo con los videos proyectados. Podría decirse que visualmente es una representación del cine mudo dado que el ensamble está ejecutando la música en vivo sobre las proyecciones, aunque no lo es conceptualmente, ya que logramos un perfecto sincronismo audiovisual, como el que se podía apreciar en las grabaciones de estos cortos propios del cine sonoro.

¿Qué busca reflejar este proyecto? ¿Plantea alguna reflexión?

MB: Creo que en un intento desesperado por llamar la atención de los chicos y estimularlos, los dibujos animados, más que nada los que se producen para televisión, son cada vez más violentos y acelerados, pero hubo una época en donde eran pura poesía y la gente se trasladaba a los cines para disfrutarlos con música en vivo. El show nos transporta a esa época y no excluye a nadie. Tengas la edad que tengas, te guste la animación o no, te guste el jazz o no, en algún punto te va a interesar y cautivar y, seguramente te sorprenda la perfección alcanzada en el sincronismo entre música e imagen.

Ante la variada cartelera porteña. ¿Cuál es la singularidad de esta propuesta?

MB: No se trata de una proyección de cine mudo con banda en vivo, en donde la música que se ejecuta meramente acompaña de manera incidental; por el contrario, se trata de música "al cuadro" que está representando cada acción visual y se ejecuta en vivo, en el fotograma exacto. Tienen un octeto de jazz representando todo lo que ocurre en pantalla en tiempo real, con música y efectos de sonido, lo que implica que los cortos no solo están musicalizados en vivo sino que también sonorizados, mediante un percusionista que realiza todos los efectos de sonido con artefactos raros, en su mayoría inventados para lograr un sonido específico.

El segundo concepto que hace único al proyecto radica en el estilo en el que la música fue escrita. No transcribí la música original de los mismos, sino que busqué reinventarlos con un lenguaje más moderno, lo que generó otro desafío.

La Bomba del Tiempo

La Bomba del Tiempo ofrecerá dos funciones durante las vacaciones de invierno, en las que contará con invitados como Capitán Sanata y Rayos y Centellas, los martes 18 y 25 de julio, a las 14, en la Ciudad Cultural Konex, en Sarmiento 3131, de Capital Federal.

¿De qué se trata el espectáculo?

Luciano Larroca: La Bomba de Tiempo tiene más de 50 shows al año, sin embargo el espectáculo dedicado a grandes y chicos en vacaciones es uno de los más exigentes porque está apuntado a todas las edades; si bien la esencia de la improvisación con tambores es la misma, tratamos de incorporar más al público en la creación, es decir, utilizamos todos los recursos posibles para hacerlos participar con las voces, con el cuerpo, a los niños junto a sus padres y también tratando de que el código sea no solo para niños. Esto hace que la preparación de los directores de cada improvisación requiera especial cuidado en estos aspectos, tratar de que sea bien inclusivo. Por todo esto creemos que es uno de los shows más exigentes del año.

¿Qué busca reflejar el espectáculo? ¿Plantea alguna reflexión?

LL: Lo que pretende La Bomba es lograr una aproximación a los tambores desde una experiencia que integre el cuerpo, la voz, la danza y a la misma vez hacer participar al público del proceso de creación y el desarrollo de ideas rítmicas y melódicas. Este proceso abierto, que implica la improvisación de ritmos y el armado de los mismos en tiempo real, hace que el público se adueñe de esos resultados, sintiéndose una parte vital de ese proceso. De ahí que La Bomba refleja la idea nítida de que los resultados del trabajo en grupo son grandes superadores de los de cualquier manifestación individual. El resultado es una experiencia multisensorial que integra varias aristas y hace que el show sea algo realmente vivo, único e irrepetible. Eso es la improvisación: estado de presente puro. Creemos que los niños son grandes representantes de ese estado que es el mismo que logran cuando juegan, con seriedad y con entrega. Eso es lo que hace La Bomba, tratando siempre de apuntar al objetivo que es hacer bailar, hacer participar desde el cuerpo, algo muy necesario en los tiempos que corren.

Ante la variada cartelera porteña. ¿Cuál es la singularidad de esta propuesta?

LL: La Bomba tiene un sello muy particular, pues es una orquesta de improvisación con tambores que no se dedica a ningún estilo específico y a su vez utiliza para ello un sistema de señas y gestos que es muy atractivo para el público porque puede entender cómo se van moviendo las estructuras musicales y los diversos caminos y resultados que ello genera. Por otro lado, la improvisación es un juego, como el fútbol, que tiene una gran cuota de no previsibilidad y de esa manera siempre es distinto. Aquí los goles se escuchan cuando la gente logra apoderarse de un ritmo y se siente una verdadera unidad entre el público y la banda. Cuando logramos eso, podemos sentir que todos somos uno y eso es un motivo para festejar a lo grande.

Particularmente en los niños y adolescentes siempre resulta muy atractiva la percusión y es muy interesante ver cómo un show de La Bomba despierta interés en ellos por la música, la percusión y el canto. Nos fascina ver cómo esos chicos vuelven una y otra vez a vernos e incluso en todos estos años hemos visto a algunos transformarse en músicos profesionales.

Caracachumba

El grupo de música para chicos Caracachumba, ganador del Primer Premio Nacional al Teatro Musical Infantil, ofrecerá un recorrido por todos sus éxitos, los días jueves 20 y 27 de julio, en el Xirgu- Espacio Untref, en Chacabuco 875, de Capital Federal.

A continuación responde Florencia Steinhardt, quien se encarga de la producción y dirección general:

¿De qué se trata el espectáculo?

Florencia Steinhardt: Se trata fundamentalmente de música y humor para toda la familia interpretada por cinco músicos y una clown.

¿Qué busca reflejar el show? ¿Plantea alguna reflexión?

FS: No buscamos plantear alguna reflexión en particular o dejar alguna moraleja. Sí nos interesa entregar a niños y adultos un espectáculo de calidad, con música tocada en vivo, con buenos arreglos musicales y letras inteligentes y divertidas.

Ante la variada cartelera porteña. ¿Cuál es la singularidad de esta propuesta?

FS: La singularidad se basa en la interpretación de canciones participativas con el público, de temas instrumentales tocados con instrumentos no convencionales, como lijas de papel o bocinas de bicicleta, y las divertidas actuaciones y presentaciones de la clown que juega con los músicos y el público a lo largo de todo el espectác

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