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Fría recepción al plan británico para proteger los derechos de los ciudadanos europeos

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Expertos británicos en inmigración remarcaron que la clave es la definición que quieran dar a "residir de forma legal", ya que las condiciones de residencia se han endurecido en los últimos años.

Jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) dieron hoy una fría recepción al plan británico para proteger los derechos de los ciudadanos europeos residentes en el Reino Unido una vez que se concrete el Brexit, luego de que anoche la primera ministra Theresa May les presentara lo que calificó de oferta "justa".

"Ese es un primer paso pero no es suficiente", dijo el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, a periodistas al llegar hoy a la sede de la UE en Bruselas para el segundo y último día de una cumbre centrada en el Brexit y otras cuestiones.

El primer ministro belga, Charles Michel, dijo que la propuesta presentada ayer por May en una cena con los líderes de la UE era "particularmente vaga" y que esperaba escuchar más detalles "técnicos", algo que May se ha comprometido a hacer la próxima semana.

La suerte que correrán los cerca de 3 millones de ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido después del Brexit es uno de los asuntos más espinosos en las negociaciones de retirada del país insular del bloque de 28 miembros, un proceso que comenzó el lunes pasado y debe completarse en dos años.

Casi exactamente un año después del referéndum del Brexit del 23 de junio, May prometió anoche que nadie será forzado a abandonar el Reino Unido tras el Brexit, ofreciendo derechos permanentes al acceso a la salud, educación, asistencia social y jubilación a los europeos que lleguen antes de una cierta fecha.

Pero no dijo cuándo vencería ese plazo exactamente, y sólo habló de un periodo entre el 29 de marzo pasado, cuando Londres dio inicio formal al proceso de desconexión del bloque, y su prevista salida, dentro de dos años.

Fuentes comunitarias citadas por diarios europeos calificaron la propuesta de "mínima" y dijeron que el plazo debe extenderse hasta el día en que el Reino Unido salga de la UE.

En público, líderes europeos dijeron que querían oír más precisiones de parte de May cuando publique su documento formal sobre la propuesta, el lunes próximo.

May ya había desatado el enojo de Bruselas al negarse a permitir que la Corte Europea de Justicia arbitrara en la disputa sobre los derechos de los ciudadanos comunitarios residentes en el Reino Unido.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo anoche que el plan de May era "un buen comienzo. Pero por supuesto que hay muchas, muchas preguntas".

"Quiero dar a esos ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido certeza sobre su futuro, pero también quiero ver esa certeza para los británicos que viven en la Unión Europea", afirmó hoy May a su llegada a la cumbre de líderes europeos, que celebra su segunda y última jornada, informó la agencia de noticias EFE.

"Quiero tranquilizar a todos esos ciudadanos que viven, han hecho sus vidas y sus familias en el Reino Unido. Nadie va a tener que irse. No vamos a ver a las familias dividirse, y esta es una oferta justa y seria", agregó.

May se había negado a garantizar los derechos de los ciudadanos europeos hasta que no tuviera claro el futuro del millón de británicos que viven en Europa continental, y había dicho que su propuesta dependía de un acuerdo recíproco.

La política conservadora llegó a la cumbre europea políticamente muy debilitada luego de que su partido perdiera la mayoría absoluta parlamentaria en las elecciones del 8 de junio pasado, complicando su capacidad de formar gobierno y poniendo en entredicho toda su estrategia para el Brexit.

La primera ministra convocó las elecciones para obtener un fuerte mandato para sacar al Reino Unido del mercado común europeo y poder restringir la inmigración, uno de los temas centrales del referéndum del Brexit.

Sin embargo, la oferta presentada por May ha encontrado oposición en todo el arco político británico.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, del Partido Laborista, dijo que la propuesta "ni se acerca a garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido".

"Es inaceptable que la primera ministra trate a los ciudadanos de la UE que viven aquí y que contribuyen a nuestra economía y sociedad como fichas de negociación", agregó.

En la misma línea, el líder del partido, Jeremy Corbyn, lamentó que May "utilice a las personas como moneda de cambio".

Por su parte, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, consideró que la propuesta es "vaga" y que "faltan muchas respuestas".

Por otro lado, la organización 3Million, que hace campaña por los ciudadanos comunitarios en el Reino Unido, la calificaron de "patética", dado que "no hace referencia a la oferta detallada planteada por la UE".

Justamente esa es una de las principales críticas a la propuesta.

Expertos británicos en inmigración remarcaron que la clave es la definición que quieran dar a "residir de forma legal", ya que las condiciones de residencia se han endurecido en los últimos años y eso podría perjudicar a los ciudadanos europeos que tienen trabajos precar

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