La Unión | ESPECTÁCULOS

Regresa a Temperley una obra de teatro integrado

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“el Hombrecito” está protagonizada por ricardo bustos, que también es el director, y por su sobrino Gabriel Soria, que padece autismo. 

“El Hombrecito”, una puesta de teatro integrado con las actuaciones de Gabriel Soria y Ricardo Bustos, regresa este sábado al Galpón de Diablomundo de Temperley, un escenario que pisaron con esta obra el año anterior. Ricardo Bustos es también el director de esta puesta en escena, que cuenta con la autoría de Carlos Pais y Américo Torchelli. Mientras que lo acompaña en las tablas su sobrino Gabriel Soria, un joven que padece autismo. Gabriel, que está con la familia de Ricardo luego de haber estado en un hogar de Córdoba, tomó clases de dibujo y de música, pero encontró su lugar en el teatro y desde hace una décadas que se está formando en esta disciplina. Además, su acercamiento al mundo del teatro fue muy importante para él, un incentivo para superar su propia patología.

UN VÍNCULO ESPECIAL Ricardo destaca la memoria de su compañero de elenco para recordar el texto de la obra y también la conexión de ambos, que llevó a que se resignifique el vínculo entre ellos. Con este proyecto, se presentaron por primera vez en 2001, en un festival de teatro integrado en Mar de Ajó, y luego recorrieron los más diversos escenarios. Además, Lucas y Tomás, los hijos de Ricardo, también son parte de “El Hombrecito”, porque se encargan de la música original y de la técnica, dos cuestiones claves.

DOS PERSONAJES EN ESCENA. “Son personajes desconocidos y antagónicos en apariencia que se encuentran en un bar. Uno de ellos, El Hombrecito, repentinamente sale aterrorizado del baño, generando una intriga que amerita su testigo, El Señor, a indagar sobre lo ocurrido allí”, adelanta Ricardo, sobre parte del argumento de “El Hombrecito”. La trama comienza a entretejerse a medida que corren las escenas, oscila entre los géneros policial, drama y comedia, sumerge al espectador en cada uno de sus momentos. “Podrán ver aquí el trabajo de dos actores con madura experiencia sobre el escenario, comprometidos con el estudio del texto, implicados en el significado de cada palabra y la expresión de cada movimiento, en sostenida comunicación con su partener y constante diálogo con los espectadores”, acota el actor y director. Para él es muy importante regresar a Temperley con “El Hombrecito”. “Sobre el escenario, cada actor desnuda el alma, abre sus sentidos en búsqueda de transmitir y aprehender emociones. Volver al Galpón de Diablomundo es regresar a uno de esos lugares donde los personajes entran en comunión con el público”, cierra el artista entre halagos al público de la región, que se destaca por su calidez.

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