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Banfield lo liquidó al final y sigue en carrera para entrar a las copas

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El Taladro fue superior, aunque se complicó en pasajes del segundo tiempo. Brian Sarmiento, desde los 12 pasos, y Darío Cvitanich marcaron los goles. Hilario le atajó un penal a Andrada.

Ganó. Y punto. No brilló, ni deslumbró. Banfield hizo lo que debía hacer y venció a un Quilmes que se cae a pedazos, y más que nunca, coquetea con el fantasma del descenso.

El 2-0 fue la medida justa de un clásico que, como se suponía en la previa, debía quedar en manos del equipo de Julio Falcioni. No sólo el Taladro tiene más jerarquía de plantel, el momento anímico de cada uno fue fundamental. A pesar que en ciertos pasajes del complemento se obnubiló, supo sacar adelante el trámite y volvió a la victoria.

Quilmes salió a esperar para jugar al error ajeno. Banfield tuvo el control de la pelota, pero le costaba mantener un ritmo continuo. Sperdutti, dos veces, y Corcho Rodríguez, con un cabezazo, fueron inclinando la balanza, hasta que Bertolo fue víctima de falta (Sarulyte se cayó y al parecer se lo desacomodó con la cabeza) y Darío Herrera no dudó en marcar el penal que Brian Sarmiento cambió por gol con un remate pegado al palo derecho.

El Cervecero, para peor, se quedó con 10 por roja directa a Gabriel Ramírez. Para el segundo tiempo, Banfield encontró los espacios, pero no la forma de darle más justeza al resultado. Otra vez Sperduti, que en toda la tarde anduvo torcido para definir, perdió con Rigamonti. La pasividad de Quilmes contagió al Taladro.

Entonces, en ese me animo o no, el 1-0 no era real negocio. Y casi lo paga caro, cuando Civelli fue a cerrar y metió el codo. Hilario Navarro se quedó con el penal de Andrada y el Lencho Sola fue un grito para que los de Falcioni despertaran. Encima, Quilmes le facilitó la tarea.

Por una dura entrada de Pérez García a Soto, Bertolo empujó al lateral y Escobar quiso hacer justicia por mano propia. Herrera sólo expulsó al de Quilmes (debería haber sido roja para Bertolo también) y el Cervecero se entregó solito. Sarmiento, intermitente en su juego, se perdió un gol cantado debajo del arco, pero sobre el final Cvitanich le puso el pecho y el botín a un rebote en el travesaño por tiro de Sperduti y llevó tranquilidad.

El Taladro se mantiene firme con 36 puntos en puestos de Copa Sudamericana, con perspectivas de superarse y lograr un boleto a la Copa Libertadores. A Quilmes se le viene el mundo encima -perdió 10 de los últimos 11 partidos-. Y si mañana Olimpo vence a Patronato, lo mete en descenso y salen los bahien

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