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Azucena Villaflor, un espacio para aprender arte entre amigos

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En este centro cultural se ofrecen cursos de danza, canto y plástica entre otros. Además, allí funciona la Asociación de Historia Oral de Avellaneda.

El centro cultural Azucena Villaflor de Vincenti, se creó por la necesidad de generar un espacio de intercambio en donde todos los vecinos puedan aprender y fomentar su creatividad. Ubicado en Gerli, Avellaneda, es impulsado por un grupo de vecinos, amigos y compañeros de la vida con una misma idea de construcción colectiva de arte.

Hace nueve años, en Güemes 1411, funcionaba una casa que estaba tomada por un grupo de personas. Sin embargo, aquellos individuos notaron la necesidad de construir un lugar donde los vecinos puedan relacionarse, compartiendo una misma actividad.

“Este espacio tiene magia, pasan cosas muy lindas”, explicaron desde Azucena Villaflor, y agregaron: “Compartir el día a día con la misma gente, hizo que nos hiciéramos todos amigos, somos una gran familia”.

Allí, funcionan de martes a sábado distintos talleres barriales de guitarra, canto, danza y danza árabe y artes plásticas, que son liderados por profesores de distintas partes de Avellaneda. El martes comenzarán las clases de guitarra, los martes y jueves de 17 a 18 y la inscripción se podrá realizar por teléfono al 4204-0471 o asistiendo al lugar.

Además, este año agregaron un nuevo taller de violín para seguir sumando opciones de aprendizaje a los vecinos. “Los talleres los hacemos porque pensamos que los chicos tienen que tener un espacio donde puedan expresar sus ganas vinculado con lo artístico y lo recreativo”, explicaron.

Para despertar el interés de los ciudadanos y hacerles llegar las propuestas del Azucena Villaflor, el centro impulsa una campaña puerta a puerta donde informan sobre las actividades que dictan. Para poder llevarlas a cabo, solicitan una pequeña contribución, de la cual el 90% está destinada al pago de los profesores.

“El otro 10% lo usamos para seguir mejorando las instalaciones del lugar”, afirmaron. Para sostener el sitio, además del pequeño monto que hay que pagar para participar de las clases, realizan dos veces año un festival a bajo costo, al que puedan acceder todas las personas de la región.

“Las fiestas que hacemos son de bajo costo, hay buffets, bandas que tocan, juegos para los más chicos”, indicaron, y agregaron que si alguna persona no tiene el dinero necesario para participar del evento, “pueden entrar igual”, no es un algo “excluyente”.

Por otro lado, dentro de Azucena Villaflor, funciona la Asociación de Historial Oral de Avellaneda (AHOA), donde los integrantes se congregan para conocer y analizar los orígenes de la ciudad del conurbano bonaerense. Dentro del espacio, donde asisten al menos 52 personas a los distintos talleres, “se respira un aire de armonía y amistad”, que ayuda a llevar adelante las actividades. “Formamos un grupo muy lindo de personas”, cerra

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