Trump y Xi presentan un frente unido pese a persistentes diferencias
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par de China, Xi Jinping, coincidieron hoy en que la cooperación es la "única opción correcta" para las dos grandes potencias, durante el segundo día de la visita del magnate republicano a Beijing y pese que subsisten diferencias en torno a Corea del Norte y el comercio bilateral.
Luego de la recepción que el líder chino brindó ayer a Trump y su esposa Melania, por la que el mandatario estadounidense dijo albergar un sentimiento "increíblemente cálido", ambos líderes mantuvieron hoy distintos encuentros bilaterales en los que resaltaron el deseo de estrechar la cooperación en cuestiones globales.
Trump afirmó que "no puede haber un asunto más importante que la relación China-Estados Unidos", debido a que las dos grandes potencias globales pueden solucionar "los problemas mundiales", informaron las agencias de noticias DPA y EFE.
Xi, a su vez, recalcó que "para China y Estados Unidos la cooperación es la única opción correcta", con una gestión de las diferencias dentro del "respeto mutuo".
"China está dispuesta a trabajar con Estados Unidos para respetarse mutuamente, adherirse al beneficio mutuo y a la reciprocidad, enfocarse en la cooperación, y gestionar y controlar las diferencias", sostuvo Xi citado por la agencia de noticias estatal china Xinhua.
Durante el encuentro, Xi y Trump coincidieron en que Beijing y Washington pueden juntos resolver problemas "de gran peligro y seguridad" para el planeta, agenda en la que destaca la crisis norcoreana.
Acerca del programa balístico y nuclear de Corea del Norte, Trump llamó a su homólogo chino a incrementar los esfuerzos para resolver el conflicto con Pyongyang.
"China puede resolver el problema fácilmente", sostuvo Trump ante ejecutivos de grandes corporaciones chinas y deslizó un elogio a Xi no exento de presión: "Una cosa sé sobre su presidente: si trabaja en algo intensamente, lo conseguirá, no hay duda", dijo.
Trump dijo que con Xi se comprometieron "a aumentar la presión económica hasta que Corea del Norte abandone la senda temeraria y peligrosa" que emprendió.
Por su parte, Xi ratificó el compromiso con la "desnuclearización" de la península coreana y la búsqueda de una solución a través de "discusiones pacíficas" con el objetivo de lograr "la estabilidad a largo plazo" de la región.
Durante sus conversaciones con Xi, el magnate republicano volvió a señalar que su país debe cambiar su política económica "porque en el plano comercial va muy a la zaga de China y, para ser sincero, también de otros muchos países".
"Debemos resolver inmediatamente las prácticas comerciales injustas que impulsan este déficit", dijo Trump en relación a las pérdidas que la balanza comercial arroja para los Estados Unidos y sus empresas, que según sus cálculos llegan a unos 300.000 millones de dólares al año.
"Sin embargo, no le echo la culpa a China", matizó Trump, ya que no se puede acusar a un país que solo quiere conseguir la mayor ventaja para su pueblo. "Responsabilizo a los anteriores gobiernos de Estados Unidos de haber dejado fuera de control el déficit comercial", puntualizó.
En ese marco, empresas chinas y estadounidenses suscribieron hoy en presencia de los presidentes en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, sede del Poder Legislativo, acuerdos económicos por unos 250.000 millones de dólares en áreas como la energía, cooperación industrial y aeronáutica.
Fuentes diplomáticas de Beijing dijeron que los acuerdos económicos suscritos hoy ayudarán a Trump a presentar su primera visita al gigante asiático como un éxito, puesto que había prometido crear nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos durante la campaña electoral reduciendo a tal efecto el déficit comercial con China.
Ayer, ya se habían rubricado acuerdos bilaterales por un 9.000 millones de dólares en los sectores de la aviación, biotecnología e inteligencia artificial.
La visita de Trump a China comenzó ayer, cuando fue recibido con honores militares y la música de los himnos de los dos países, mientras en la cercana plaza Tiananmen se disparaban cañones.
Luego Xi le prodigó una bienvenida en el palacio imperial, la Ciudad Prohibida, el palacio del siglo XV que hasta 1911 fue residencia y sede de gobierno de los emperadores Ming y Qing.
Trump llegó a China tras su paso por Japón y Corea del Sur y previo a su visita a Vietnam y Filipinas, escalas de su primera gira asiática, que lo devolverá a Washington el próximo martes