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Tijuana: 500 migrantes llegaron al muro que divide Estados Unidos de México

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Una caravana de migrantes centroamericanos que generó fuertes protestas de Washington llegó este lunes a la frontera entre Estados Unidos y México tras haber cruzado este último país durante más de un mes.

Los alrededor de 500 miembros del llamado Viacrucis del Migrante, en su mayoría hondureños, habían partido el 25 de marzo del límite con Guatemala, en el sur de México, y llegaron este lunes a Tijuana, la ciudad que linda con la norteamericana San Diego.

Los migrantes negaron que pretendieran saltar el alto muro metálico que delimita la frontera, pese a que las fotografías distribuidas por las agencias internacionales de noticias mostraron a algunos de ellos sentados sobre el extremo superior de la barrera.

Asimismo, aseguraron que pedirán entrar legalmente a Estados Unidos, como refugiados. “No somos criminales, somos trabajadores internacionales”, decía una de las pancartas levantadas por los centroamericanos.

Mientras tanto, del lado estadounidense, activistas alzaron carteles con leyendas tales como “Los refugiados son bienvenidos aquí” y “Parques, no muros”.

La situación provocó el colapso de los puestos fronterizos, tanto en Tijuana como en San Diego, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos anunció que no podía aceptar más solicitudes de asilo por el momento.

“Hemos colmado nuestra capacidad (de alrededor de 300 personas) como para que los oficiales puedan admitir más personas que viajan sin la documentación adecuada”, explicó el comisionado Kevin McAleenan en un comunicado.

Irineo Mujica, de la organización Pueblo Sin Fronteras, que acompañó a la caravana, dijo que de los cinco centenares de emigrantes que llegaron a Tijuana sólo unos 200 pedirían asilo en Estados Unidos y el resto buscaría un modo de vida en México.

A principios de este mes, después de que la televisión difundiera imágenes de la caravana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió al gobierno de México que la frenara.

“Las caravanas vienen en camino, se están volviendo más peligrosas” y “México tiene el poder absoluto de evitar que estas grandes caravanas de personas ingresen a su país”, afirmó Trump en sendos mensajes en su cuenta de Twitter.

Días después, el gobierno de México concedió a algunos miembros de la caravana permisos para permanecer en el país durante un mes y facilitó el traslado de varios de ellos hacia la Ciudad de México. Según interpretaron activistas, con el fin de dispersar el convoy.

Entonces, una parte de los emigrantes se quedó en la capital mexicana con el propósito de solicitar asilo y manifestarse frente a la embajada de Honduras, y otra continuó la marcha hacia la frontera.

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