Un exbombero sigue al frente de la tradicional caravana de Papá Noel
un clásico de todos los 24.
Martín Sarubbi se pone el traje rojo y blanco desde 2002 y continúa con el legado de su abuelo, aunque ya no pertenece al cuartel de Lomas. Este martes, a partir de las 11, recorrerá las calles céntricas y entregará juguetes en el Hospital Gandulfo.
Los Bomberos Voluntarios de Lomas son los protagonistas de la tradicional caravana de Papá Noel que se repite todo los 24 por las calles céntricas. Además de repartir caramelos y recibir las cartas con los deseos de los chicos, los voluntarios terminan en el Hospital Gandulfo para regalar juguetes. Debajo del traje rojo y blanco estará este martes, como desde hace 17 años, Martín Sarubbi, quien fue bombero del cuartel de Lomas.
“Esta actividad (por la caravana) la inició mi abuelo por la década del ’80: juntaba dinero con los comerciantes de Lomas y repartía caramelos por la peatonal. También donaba juguetes y mercadería a distintos hogares de la zona”, explica el hombre de 39 años sobre los orígenes de la iniciativa y admite que desde muy pequeño ya acompañaba a su abuelo a hacer la caravana, que ya en aquel entonces lo apasionaba.
En 2002, último año con vida de su abuelo, Martín tomó la posta y fue quien se disfrazó de Papá Noel para seguir con la tradición. “Desde el 2000 que lo organizábamos también con los bomberos. Hubo un par de años que se superpusieron porque mi abuelo lo hacía con los comerciantes por la mañana y nosotros en el cuartel lo llevábamos adelante en el horario vespertino. Después se unificó todo y continuamos solamente con el cuartel”, detalló el oriundo de Lomas, pero que hoy vive en Caballito y que fue bombero voluntario durante una década, hasta 2006.
SENSACIONES ÚNICAS. Cuando los chicos lo ven -cuenta Martín- las reacciones son diversas: hay muchos que son más extrovertidos y se lanzan corriendo a abrazarlo, otros lloran (los más pequeños) y algunos quedan petrificados, como no creyendo lo que están viendo ni que están delante del gran Papá Noel.
"Es una gran satisfacción poder sacarle sonrisas a los chicos. Particularmente en el hospital, donde se visualiza con mayor énfasis cómo los chicos de bajos recursos sufren por alguna enfermedad o accidente. Tratamos de sacarlos, aunque sea por un segundo, de esa realidad que atraviesan.”
“Igualmente, a la gran mayoría se les pasa cuando nos acercamos con los caramelos”, asegura y remarca que este evento solidario alimenta la alegría y la ilusión de los más pequeños, quienes se asombran con su presencia y con la posibilidad de conocerlo.
“Es una gran satisfacción para mí poder sacarle muchas sonrisas a los chicos. Particularmente en el hospital, que es donde más se disfruta porque se visualiza con mayor énfasis cómo los chicos de bajos recursos sufren por alguna enfermedad o accidente. Tratamos de sacarlos, aunque sea por un segundo, de esa realidad o entorno”, contó el exbombero sobre las sensaciones internas que le recorren el cuerpo año tras año bajo el traje de Papá Noel.
POSTALES REPETIDAS Y ESPERADAS. Hay dos momentos que se repiten siempre y quedan guardados en la memoria de las 30 personas que organizan la recorrida: en Boedo y Carlos Pellegrini se quedan en un puesto de flores y cantan con la señora del lugar unos temas típicos de Italia. Otra vecina lomense les brinda bebida fresca cuando van de camino al Hospital Gandulfo, un gesto que se agradece frente a las altas temperaturas de esta época, y, sobre todo, con un traje tan caluroso.
“Hasta el último día de mi vida pienso seguir colaborando con los bomberos y hacer este evento solidario por los niños”, lanza, convencido de la labor realizada todos los 24 de diciembre y con la idea fija de seguir siendo el encargado de vestirse de Papá Noel por muchos años más, a la espera de poder alegrar a nuevas generaciones de niños lomenses.
Para poder llevar adelante el evento solidario, cuentan con la donación de caramelos de la Cámara de Comercio local, y también, desde algunos años, reciben la colaboración de la Logia Giuseppe Mazzini.
¿DÓNDE ESTARÁ? La recorrida de mañana comienza desde el cuartel central (Cornelio Saavedra 46) para ir hasta Laprida. Ahí, Papá Noel inicia una caminata desde Meeks hasta Hipólito Yrigoyen, que, por experiencia de años anteriores, es uno de los lugares más concurridos. Saluda a los comerciantes y a los vecinos que se acercan, se saca fotos y recibe todas las cartas.
Luego, en autobomba, se dirigirá por Boedo y emprenderá viaje hacia Banfield, Llavallol y San José, para llegar a la última parada, el Hospital Gandulfo (Balcarce 351), donde visitarán a las salas pediátricas.
De acuerdo a experiencias en años anteriores, la recorrida se extenderá por unas cuantas horas y concluiría aproximadamente cerca de las 16, dada la extensión del recorrido y la cantidad de paradas a realizar.
Como todos los años, se espera una gran concurrencia de vecinos: muchos se acomodan y lo esperan desde temprano y otros salen ante el ruido de la sirena que anuncia la llegada.
La magia sigue intacta gracias a los Bomberos Voluntarios de Lomas y a la colaboración desinteresada de Papá Noel Martín. Ellos son los verdaderos encargados de transmitir el encanto en las Fiestas y fomentar la ilusión en los niños y la solidari