El 80% de los jóvenes en rehabilitación robaron para conseguir droga
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Una encuesta realizada en todo el país reveló el alto grado de reincidencia en el consumo. Se reveló que la ingesta de alcohol y sustancias se da entre los 7 y los 13 años.
Ocho de cada diez menores de 18 años que están en centros de recuperación admitieron haber robado para conseguir drogas, mientras que la mitad de los menores de 25 reconoció lo mismo, según un estudio sobre drogas, delito y vulnerabilidad que se presentó recientemente durante la Feria del Libro de Buenos Aires.
El estudio, que originó el libro publicado por el Ministerio de Justicia "Consumo de drogas, prácticas delictivas y vulnerabilidad social", se basó en una encuesta a 1.800 jóvenes de todo el país que están siendo tratados en centros de la Federación Argentina para la Prevención y Asistencia de las Adicciones (Fonga).
"La investigación demostró que la droga tiene una incidencia clarísima en el delito y aumenta el nivel de agresividad", afirmó Juan José Benítez, subsecretario de Justicia y Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
El funcionario comentó que el 61% de los encuestados contó que había recibido castigo físico en su casa y que ese castigo le había dejado lesiones o secuelas. "Si a eso sumamos que el inicio en el consumo de alcohol y sustancias se da entre los 7 y los 13 años, vemos un problema de base, porque ese inicio va acompañado de la primer comisión de delito y después del abandono escolar. Esa es más o menos la línea que pudimos detectar en los casos que analizamos", apuntó.
Además, el 71% de los chicos no había completado la educación formal obligatoria: "La escuela es el último reducto que los contiene, y una vez que la abandonan quedan a la deriva. Eso nos marca dónde tenemos que hacer los ajustes para recuperarlos", afirmó Benítez.
"La investigación demostró que la droga tiene una incidencia clarísima en el delito y aumenta el nivel de agresividad", afirmó Juan José Benítez, subsecretario de Justicia y Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
"La mayoría dijo que había dejado el colegio por el tema del consumo, y luego la necesidad de comprar genera delito. Ahí tenemos un vínculo claro y establecido entre drogas, delito y vulnerabilidad", comentó a esta agencia.
Y completó: "Con estos resultados trabajaremos para diseñar políticas públicas que corrijan esos fenómenos. Tenemos que adoptar nuevas estrategias, porque las que se implementaron hasta hoy no dieron resultados positivos".
Por su parte, monseñor Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, comentó que "en el Conurbano se ve todos los días la problemática de las drogas reflejada en chicos que no trabajan ni estudian". "Caen en la droga y luego delinquen. Son pibes que no tuvieron cariño, contención, que desde muy chicos estuvieron en la calle. Están muy solos, son situaciones que nos duelen mucho", afirmó.
Y completó: "Tenemos mucha deserción escolar y falta de contención educativa, eso es otro gran problema. Pero hay que tener claro que con la represión no logramos nada, hay que trabajar en la prevenci