Luján: el cardenal Poli pidió por "la unidad de los argentinos"
peregrinación juvenil . El llamado lo manifestó en la misa que se celebró este domingo a primera hora de la mañana ante miles de fieles que llegaron a pie hasta la Basílica.
El cardenal Mario Poli habló ante decenas de miles de peregrinos en la homilía de culminación de la 44° Peregrinación Juvenil de Luján.
Fue el encargado de brindar una corta homilía frente a la Basílica que alberga a la Patrona de la Argentina más convocante del país, que se inició ayer con una caminata desde el barrio de Liniers, a lo largo de 70 kilómetros, y desde otros puntos de la provincia de Buenos Aires.
"Queridos peregrinos en esta larga y sacrificada jornada de amor y de piedad pidamos juntos a la Madre que nos dé nuevos ojos para reconocer en cada persona que pasa en la orilla de nuestra vida como a mi hermano y a mi hermana", dijo el cardenal.
Y agregó: "Esta es la Argentina que queremos, ésa es la Patria fraterna que esperamos y claudicamos y por eso le decimos.
'Madre darnos fuerzas para unirnos como hermanos' ¡Viva la Virgen! ¡Viva la Madre!", manifestó.
Poli celebró la tradicional misa de las 7 en la que se recibe al grueso del millón de caminantes que llegan con su bagaje de peticiones y agradecimientos, todos en un acto de fe para ante la Virgen de Luján.
Al principio de la alocución, el arzobispo de Buenos Aires señaló que "muchos de los que visitan su Casa toman decisiones que iluminan sus días y les dura la vida entera. Las paredes de su bello Santuario guardan el testimonio de llantos, de dolor y muchas historias de conversión, de acción de gracias, de perdón, de dones recibidos, que millones podrían contar".
"Vos sos uno de ellos y no te olvides que estás espejado en la humilde imagen que siempre está a tu lado cuando la invocás. Ella siempre está", les aseguró a los cansados fieles que llegaron buscando los favores de la Virgen.
Poli dijo que las peregrinaciones que llegan hasta el Santuario son "un acto de amor a la Virgen" e indicó que a los pies de los peregrinos los mueve "la fe y la esperanza en Dios".
"Es el continuo milagro que la Madre infunde en el alma de sus hijos e hijas, sin hacer discriminación ni acepción de personas.
Todos la podemos llamar mamá y con certeza, sabiendo que siempre Ella nos escucha", concluyó.