“Creo que en algún punto estas historias le hacen bien a la gente”
dará una charla a las 19 en el círculo médico, con entrada libre y gratuita.
José Luis Inciarte, sobreviviente del vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya que en 1972 se estrelló en la Cordillera de Los Andes, presenta este jueves su libro “Memorias de Los Andes” en Lomas de Zamora.
Un día la cabeza le hizo ‘click’ y decidió que tenía que contar su historia. Hasta ese entonces, José Luis Inciarte, uno de los 16 sobrevivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló en la Cordillera de Los Andes, vivió su vida como uno más. Trabajó, formó su familia y se dedicó a sus afectos. Pero, a partir de 2002, sintió que tenía una deuda pendiente. Y se lanzó a compartir su historia, aquella durante 72 días en el corazón de la montaña.
Así, luego de brindar charlas por todo el mundo, escribió “Memorias de Los Andes”, libro que este jueves se presentará por primera vez en la Argentina, en el Círculo Médico de Lomas (Colombres 492), a las 19 con entrada libre y gratuita. Antes de llegar al país, desde su casa en el barrio de Carrasco, en las afueras de Montevideo, Inciarte habló con el diario La Unión y compartió parte de su historia y sus impresiones sobre un hecho que lo marcó para siempre, 46 años después.
-¿Por qué esperó tanto tiempo para escribir el libro?
- Porque desde que salí de la montaña me dediqué a vivir. Me casé, formé una familia, tuve hijos y trabajé, hasta que en 2002, me dije: ‘Yo tengo 72 días en la montaña y esta historia la tengo que compartir con la gente, por algo sobreviví’. Y ahí comencé a dar charlas que causan una reacción muy particular en la gente. Y como ya me estoy poniendo viejo, me pareció importante volcar todo en un libro donde cuento todo desde mi punto de vista. Ni más ni menos.
-Usted dice que “hay 16 cordilleras distintas, en los 16 sobrevivientes. ¿Qué mirada es la que refleja su libro?
-Yo fui un observador del comportamiento humano, porque yo no fui protagonista. A los 16 días me agarré una gangrena y me tuve que operar yo mismo con una maquinita de afeitar y no pude caminar más. Entonces, desde la desesperación de depender de los demás, que se portaron conmigo con un amor terrible y me hicieron sentir el hombre más importante de la montaña, aprendí a observar. Y de esa mirada pude reflexionar sobre la vida, la muerte y la condición del ser humano.
-¿Podría decirse que es un libro que habla sobre el “factor humano” entonces?
-Sí, el libro habla sobre el hombre, la pasión, el orgullo, los valores, el honor, que creo que son cosas muy importantes sobre las que se debe reflexionar y eso es lo que trato que no se pierda de vista.
-¿Cómo fue rememorar la historia y volcarse a escribir?
-Si bien fue duro rememorar algunos pasajes, olores, porque la memoria está llena de olores, fue un proceso placentero. Capaz me levantaba a las 3 de la mañana con una idea y tenía que escribirla en un cuaderno o en un papel. A veces me pasaba la noche escribiendo y después se lo mostraba a mi mujer y lo pulía. Es un libro escrito en primera persona. Está escrito como yo hablo.
-Usted dice que no fue protagonista pero en parte tuvo un rol activo en la historia. ¿O no?
-Tuve el rol de contener. Imaginate que tantos días, allá arriba, sin saber hasta cuándo iba a durar eso, el desgaste mental es muy grande. Entonces no había un segundo de paz. Desde mi posición, lo único que pude hacer sin moverme, es acudir a todos aquellos que se deprimían, lloraban y se desesperaban.
-¿Y no considera que eso fue importante al día de hoy?
-Sí, pero me gustaría haber podido dar un poco más. Como Roberto Canessa o Fernando Parrado que caminaron días y días en la montaña y finalmente aparecieron con los helicópteros que nos rescataron.
-El libro fue muy vendido, de hecho fue “best seller” en Uruguay y ahora se publicó una reedición acá. ¿Cómo toma eso?
-La verdad es que me tomó por sorpresa. El libro salió en septiembre (en Argentina) y fue algo muy lindo saber que lo querían publicar. Creo que en algún punto estas historias le hacen bien a la gente y también es forma de mantener viva la historia, justamente.
-¿Cómo se prepara para la charla que va a dar el jueves?
-Con tranquilidad. El miércoles salgo en ferry desde Colonia para allá. Pedí a la editorial algunos libros para llevar y para firmar, algo que a la gente le gusta, y trataré de transmitir lo que hago siempre: valores, la pasión, el orgullo y el honor que enaltecen a la condición humana.