Agostina Mauro, la artista del Papa, refuerza su rol solidario
será distinguida por el concejo deliberante como ciudadana destacada . La artista trabaja con la comunidad del Jardín N°915 de Korn (que funciona en un container) en la creación de un cartel que de nombre a la entidad. Se trata del año más importante de su carrera.
Cuando hay mucha pasión, no hay techo ni límite. Agostina Mauro es un ejemplo de esto: con sólo 24 años, la artista sanvicentina es súper conocida en la región y logró una proyección internacional este año cuando le entregó en persona una de sus obras al Papa Francisco. Además, emprende un trabajo social y solidario y será distinguida por el Concejo Deliberante local por tercera vez.
¿Cómo llegó esta distinción?
-Todo sucedió cuando volví de mi viaje a Italia, y eso despertó un gran interés. Además antes de irme expuse la obra en la Parroquia San Vicente Ferrer y vino muchísima gente. Es un gran apoyo a mi trayectoria. Lo más importante que tiene el arte es generar emociones en el otro, llegar a la gente.
En junio, Agostina llevó al Vaticano una obra que le encargó el Papa, “La piedad”.
¿Qué te quedó de ese viaje?
-Mucha gente cree que si vas a ser artista no vas a poder vivir de eso. Con este viaje afiancé la confianza en mí y en lo que elegí para mi vida, y de alguna forma rompí con los parámetros que te impone la sociedad.
¿Se te abrieron puertas a partir de esto?
-Sí, en una de las galerías en Italia donde mostré mis obras, se entabló un vínculo laboral. Me pidieron que les mande imágenes de mis cuadros por mail y luego arreglamos el envío de varios cuadros. Lamentablemente hay muchas limitaciones para los artistas nuevos que quieren sacar sus obras del país, pero lo pude lograr. Que se me abra una puerta en Italia, con un turismo muy grande es algo importantísimo. No sabés a qué parte del mundo pueden llegar tus obras.
ARTE EN LOS BARRIOS. Semanas atrás, Agostina lanzó una convocatoria a instituciones públicas para ofrecerles una intervención artística a quién más lo necesite. Entonces se postularon muchísimas: escuelas, comedores, hogares, jardines, Bomberos Voluntarios, entre muchos otros.
“Descubrí muchas problemáticas que me impactaron. Finalmente elegí una que me pareció muy interesante. El Jardín N°915 de Alejandro Korn, en el barrio Villa Col, no tiene espacio propio y los chicos reciben clases en un container prestado por el Municipio. El jardín además tenía una gran ausencia de identidad, de apropiación por parte de la comunidad, ya que no tenía un cartel que lo distinguiera como tal, ni siquiera nombre”, cuenta la artista, que emprendió esta acción con el apoyo de la Facultad de Bellas Artes, les brindó varias clases a los chicos de la comunidad y lograron armar un cartel, con distintas técnicas de pintura y un logo propio.
“Fue una experiencia impresionante”, dice, emocionada.
¿Qué balance hacés de este año?
-En este año dí el paso mas importante en mi trayectoria. El hecho de ser recibida por el Papa fue un punto muy alto. Después de esto, mucha gente ha elegido mis obras para comprarlas, estuve vendiendo una obra por semana en el último tiempo y me encargan muchos trabajos. Me satisface mucho vivir de lo que