La Unión | LOMAS

"Están queriendo tapar todo y que su muerte pase por alto"

A CASI UN MES DE LA TRAGEDIA. La mujer de Roberto Pereyra reiteró que lo que pasó con su marido "fue un asesinato laboral". Denunció a Trenes Argentinos por las condiciones del galpón de Llavallol y a la Unión Ferroviaria.

Pereyra recibió una descarga de 25 mil voltios el 19 de enero

Pereyra recibió una descarga de 25 mil voltios el 19 de enero.

Claudia González no baja los brazos. Con las fuerzas que le quedan no deja de reclamar justicia. A casi un mes de la muerte de su marido, Roberto Pereyra, tras recibir una descarga de 25 mil voltios en un depósito de Trenes Argentinos de Llavallol, denuncia que desde la empresa "están queriendo tapar todo" y que pretenden que el caso "pase por alto".

Sola, a cargo de su hija de cinco años, y apenas con la contención de su familia y algunos compañeros de Roberto, Claudia dice que se fue enterando de lo que pasó la madrugada del 19 de enero a partir de lo que le contaron algunas personas que prefieren mantenerse en el anonimato, por miedo a perder su trabajo. "Los entiendo", aclara.

Alrededor de la 1 de la mañana de aquel martes fatal, Roberto se subió al techo de un vagón a realizar tareas de limpieza y por razones que aún la justicia investiga, la formación estaba conectada a la red de energía. Por la descarga, Pereyra sufrió quemaduras en el 80% del cuerpo. Sus compañeros lo tuvieron que asistir y lo cubrieron con trapos mojados.

Si estaban o no estaban prendidos los semáforos que indican que la unidad estaba electrificada esa es la duda. Desde la empresa aseguran que sí y que existe una grabación de una cámara de seguridad que muestra que Pereyra se subió a la formación mientras la luz roja estaba encendida. Pero testigos presenciales del hecho desmienten esa versión.

"Mientras yo estaba con mi marido agonizando en el hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, el personal de seguridad e higiene y los responsables del tren fueron con un abogado y pusieron el lugar en condiciones para cubrirse. Un compañero de mi marido me avisó que estaban cambiando los matafuegos y los semáforos, y pusieron luces", asegura Claudia.

Las condiciones en las que Roberto tenía que trabajar en el último tiempo se habían transformado en un tema recurrente de las conversaciones de pareja. De hecho, él hasta le había planteado la posibilidad de "pedir el pase de sector", algo de lo que finalmente desistió. "Hace un par de meses se venía quejando porque el lugar no era apto para trabajar", recuerda

"Me decía que los semáforos que dan el aviso de corriente eléctrica no funcionaban bien. Los arneses estaban rotos, no tenían botas de goma, ni guantes apropiados. De todos los matafuegos uno solo funcionaba. Ellos se quejaron muchas veces, pero nadie les dio bolilla", asegura.

Me decía que los semáforos que dan el aviso de corriente eléctrica no funcionaban bien. Los arneses estaban rotos, no tenían botas de goma, ni guantes apropiados. De todos los matafuegos uno solo funcionaba. Ellos se quejaron muchas veces, pero nadie les dio bolilla

Por todo esto la mujer considera que la muerte de su marido "fue una imprudencia de la empresa" y que "no se trató de un accidente, sino de un asesinato laboral". "Roberto me decía: Nosotros para la empresa somos un número más. No les importa cómo estamos trabajando'", resalta.

Después de todo lo que pasó Claudia se queja que durante las primeras horas "nadie" de la empresa de Trenes Argentinos, "ni siquiera" de la conducción de la Unión Ferroviaria fue a contarle personalmente lo que pasó con su marido. "Recién cuando falleció vino el delegado a hablar, pero ya era tarde", confió.

Por si eso fuera poco, aseguró que desde la empresa le ofrecieron un trabajo para que se calle. "Hace dos años mi hija se murió de cáncer yo entré en una de depresión muy grande con ataques de pánico y mi marido era nuestro único sustento. Ahora se quieren lavar las manos y me ofrecen un trabajo para que me calle. Nosotros somos muy humildes, obviamente necesito un trabajo porque tengo que criar a mi hija de cinco años, pero no me voy a callar", jura Claudia.

Y termina: "Quiero hacerme escuchar, quiero que esto se esclarezca porque le quieren tirar la responsabilidad a mi marido. (...) Pienso ponerme de pie para seguir. En el ferrocarril taparon muchas muertes, compraron a las familias por un peso y ahora no tienen nada, yo no quiero que pase eso conmigo. Quiero que se haga justicia por Roberto, acá hay muchos responsables con nombre y apellido, y quiero que se sepa la verdad".