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Ezequiel Ortigoza, un pizzero reconocido en todo el mundo por sus acrobacias

tiene sÓlo 25 años y es una estrella a nivel internacional. Este joven nacido y criado en la localidad de Monte Chingolo se consagró campeón en la categoría free style de los "Pizza Games" que se disputaron en la ciudad de Las Vegas.

Su infancia transcurrió entre masas y al calor de los hornos. Y así, siguiendo los pasos de su padre, Ezequiel Ortigoza descubrió su verdadera vocación. Este joven, vecino de Lanús, no sólo es uno de los maestros pizzeros más reconocidos de la Argentina, sino que hoy ostenta el título de campeón en acrobacia con masa de pizza luego de haber obtenido el primer puesto en torneo que se disputa una vez al año en la ciudad de Las Vegas, Estados Unidos.

Su historia comenzó por herencia. Su papá, Wildo, maestro pizzero de “El Cuartito”, trabajó toda su vida haciendo pizzas y de su admiración por él, a los 15 años Ezquiel se dio cuenta de lo que quería. Wildo intentó evitarlo de todas las maneras posibles, pero nada detuvo su marcha.

Empezó desde abajo. Lavó copas, hizo repulgues de empanadas, hasta que un día le ofrecieron incorporarse al equipo de pizzeros. Hoy, con 25 años, Ortigoza es el maestro pizzero de en uno de los bares notables de la Ciudad de Buenos Aires: 36 Billares.

“Hace tres años me inscribí en la Escuela de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas de la Argentina porque me faltaba la teoría. Tenía todo el conocimiento de la práctica, pero quería aprender y conocer cada una de las variables que permiten lograr una pizza exquisita”, contó. El domingo, APPyCe logró romper dos récords Guinness: el mayor número de pizzas preparadas en 12 horas por equipo y mayor número de empanadas servidas en ocho horas. Ezequiel fue parte del desafío.

Sus logros son fruto de una gran pasión. Para aprender, “pasaba horas frente a la computadora observando videos, mirando a los mejores acróbatas de pizza del mundo. Ellos practicaban con masa de silicona que sólo se vende en Europa, así que tuve que improvisar con una rejilla que tenía en casa”, cuenta entre risas.

“En Las Vegas, incluso, antes de competir ensayaba con una rejilla, y aquellos mismos maestros que yo miraba por internet quedaron maravillados y se acercaron a felicitarme”, relató. Parte del show en Las Vegas lo realizó con los ojos vendados, algo que causó la sorpresa y admiración de todos los presentes.

Ortigoza, amante de la fugazzeta rellena, ya es un personaje con trayectoria en el mundo de la pizza. En 2017 obtuvo el primer puesto en la categoría Free Style en el Campeonato Argentino de la Pizza, y la séptima colocación en el Campeonato Mundial de la Pizza en Parma, Italia. El próximo desafío llegará pronto. Mientras tanto mantiene su rutina.

“A cada ciudad que voy me gusta visitar las pizzerías y probarlas. Lo mismo hago en Buenos Aires: una vez por semana busco algún lugar que no conozco y pruebo cómo la hacen. Con mis compañeros lo tomamos como un ritual. Analizamos la masa, saboreamos la muzzarella y buscamos ideas que quizá podamos implementar”, detalló.

En el medio de eso admite algo que puede sonar inesperado para algunos. Cuando llega a su casa, la última cosa que hace es cocinar pi

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