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Gran cierre del taller de arte en el Merendero Santa Rosa

en temperley . Junto a las personas que llevaron adelante esta iniciativa, los chicos pintaron un lienzo que van a colgar a modo de mural dentro del espacio.

Para finalizar el taller artístico que se realizó durante todo 2018 en el Merendero Santa Rosa de Lima de Temperley, los integrantes del espacio solidario prepararon una jornada especial en conjunto con los chicos y las personas que llevaron adelante el proyecto.

Los últimos viernes de cada mes del año pasado, a través de este espacio, se buscó introducir en el mundo de la pintura a nenes y nenas que asisten al lugar.

“Cada clase tuvo distintas temáticas, distintos materiales para trabajar y distintas ideas que usábamos como disparadores para fomentar la imaginación de los nenes y las nenas que estaban en el merendero muy entusiasmados por trabajar”, detallaron desde el espacio ubicado en Lules y El Churrinche, Temperley, donde asisten alrededor de 50 nenes y nenas que además de tomar la merienda pueden acceder a este tipo de actividades creativas.

los chicos plasmaron en cada clase su creatividad a través del arte y además aprendieron a cuidar y compartir los materiales donados.

Talleres de collage con todo tipo de materiales, de pintura, de máscaras, de tiza sobre papel madera fueron algunas de las alternativas que se le fueron presentando a los nenes y las que recibieron con gran entusiasmo y felicidad en cada jornada.

“El objetivo era no sólo que trabajen usando su creatividad sino que se puedan expresar a través del arte, que aprendan a cuidar y compartir los materiales de trabajo y que respeten el espacio de cada uno y el de sus compañeros”, aseguraron los impulsores de la idea cuyas expectativas quedaron cubiertas.

Para concluir ese año de tanto trabajo estuvieron pintando sobre un lienzo que luego será colgado a modo de mural para recordar el trabajo realizado durante ese período.

UN DESAFÍO. Según los voluntarios del merendero, realizar este taller de arte fue un “desafío constante” porque había que conseguir el material y buscar la atención de los chicos, pero se pudo lograr gracias a la ayuda solidaria que recibieron de la comunidad.

Sol Rodríguez fue la profesora del taller y una de las que además se puso la camiseta del merendero: “Ella consiguió materiales, zapatillas, ropa y también muchos juguetes. Pero además acompañó y apoyó durante todo el año en cada situación que nos tocó afrontar”, contó Belén Raineri, una de las responsables de la entidad solidaria. También, los alumnos y las alumnas del Colegio Inmaculada Concepción fueron de gran ayuda ya que juntaron materiales todo el a

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