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Detuvieron a un subteniente de Adrogué acusado de integrar una banda narco

POLICIALES. El policía se desempeñaba en la comisaría 1º de Almirante Brown y le brindaba protección a la jefa de una banda narco de Villa Betharram.

Otra vez la comisaría 1º de Adrogué quedó en la mira por un caso de corrupción policial. El subteniente Leandro Matías Beuvais fue detenido y desafectado de la fuerza por la Auditoria de Asuntos Internos por brindarle protección a la jefa de una banda narco de Villa Betharram que operaba en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.

Los investigadores ahora buscan determinar si la red involucra a otros agentes de la seccional y si el policía participaba en el negocio de la droga. “Aún resta saber si (Beauvais) se beneficiaba económicamente o si en realidad trabajaba en complicidad con Jacqueline Sabrina Jara, jefa narco de la zona”, informaron fuentes de la causa.

“Jackeline” se transformó en la cabeza de la organización desde que su exmarido terminó en la cárcel acusado de asesinato en medio de una guerra entre bandas. Se sospecha que la mujer le pasaba información al policía para que desbaratara a otros grupos narco del barrio que competían con ella y que se quedaba con parte de la droga incautada.

Después de un año grabaciones, escuchas y tareas de inteligencia, el juez federal de Lomas Federico Villena esta semana solicitó el arresto de Beauvis, Jacqueline y otras diez personas. El magistrado ordenó allanamientos en Villa Betharram, Quilmes, Villa 31 y Floresta y secuestró casi 30 kilos de cocaína, armas, celulares y dinero en efectivo.

“Jackeline”, que se encontraba internada en un hospital tras hacer recibido un balazo en el ojo, logró escaparse y todavía permanecía prófuga de la justicia.

El juez Villena continuaba trabajando con la Policía de la Ciudad para obtener más datos que permitan establecer los roles de los detenidos y cómo era la organización de la banda.

Un apriete que terminó en escándalo

A fines de 2017, tres policías de la comisaría 1º de Adrogue fueron desafectados de la fuerza por cobrar $60 mil para liberar a un empresario gastronómico al que le armaron una causa y lo amenazaron con trasladarlo a seccional con delincuentes peligrosos.

Al hombre lo detuvieron y desde que lo trasladaron a la dependencia comenzaron los chantajes. Los agentes le decían que lo iban a encerrar “en un calabozo con violadores, asesinos” y que era “costumbre que golpearan a los recién llegados”. Todo con la intención de asustarlo y prepararlo para el pago de la coima.

A partir de allí hubo una negociación de montos y los policías hasta se negaron a “regatear” el precio. La familia, entonces, tuvo que reunir el dinero en pocas horas.

Antes de las dos de la madrugada, la mujer consiguió el dinero. Lo envolvió en la alfombra de flecos dorados, y metió todo en la bolsa amarilla. Se subió a la camioneta pero, en vez de ir a la comisaría a ver a Domínguez, le hizo caso a un conocido: llamó al 911.

"La mujer se cansó y realizó una denuncia, a través del 911. Estuvo en Asuntos Internos declarando el sábado a la madrugada, se dio intervención a la fiscalía de turno y le propusimos hacer una entrega controlada de la plata”, explicaron.

Para que pudiera intervenir la Justicia, la mujer del detenido tuvo que reprogramar el pago de la coima y hasta el lugar. Tenía órdenes precisas de llevar el monto acordado en una bolsa, envuelto en algo para ocultar los fajos de dinero, a la puerta de los Tribunales de Lomas de Zamora,en la zona de Larroque y Camino Negro.

El sábado a la mañana, con todo listo, se montó la custodia, ella se acercó y entregó la plata. Y, cuando los dos policías se estaban yendo del lugar, quedaron deteni

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