La Unión | ESPECTÁCULOS

Christian Fabrizio, un baterista suelto en Temperley

Con bombos y platillos. Actualmente en Las Manos de Filippi, también fue músico de Francisco Bochatón, Todos Tus Muertos y se instaló en Berlín junto a un grupo. Enseña su oficio en Cultura del Sur de Temperley.

Christian Fabrizio tiene un largo recorrido como baterista desde los ’90, sumando sus bombos y platillos a distintas bandas e incursionando en la docencia, que ejerce hoy en Cultura del Sur de Temperley.

Desde hace cuatro años está a bordo del barco de Las Manos de Filippi, donde comenzó como invitado hasta ser un miembro estable.

“Estoy con Las Manos desde septiembre de 2015, pero a los chicos los conozco desde principios de los ’90. Compartimos muchos festivales juntos y me invitaron para sus 15 años y para sus 20 también”, le cuenta a La Unión.

Con la banda de El Cabra recorrió los escenarios más diversos y una enorme cantidad de presentaciones. “Desde que arranqué con ellos, hicimos una catarata de shows. Tocamos en muchos lugares de Argentina y en Chile, Uruguay y México. También hicimos tres giras por Europa, tocamos en España, Italia, Alemania, República Checa, Suecia y otros países. Hacemos alrededor de 100 shows por año, mucha adrenalina”, agrega.

En su niñez comenzó tocando en un sillón, que terminó en pésimo estado, hasta poder sentarse en una batería y pasar por varios profesores, como Daniel Colombres, y luego ya lanzarse a tocar en vivo.

“En los ’90 empecé a tocar en una banda que se llamaba Las Trolas, muy del underground, pero sólo queríamos tocar. A esa banda se había sumado Pecho, de Las Manos. Además de tocar me tenía que dedicar a otras cosas, después de 2001 ya viví de la música”, dice Christian.

A partir de entonces, tocó en la banda de Francisco Bochatón, exlíder de los Peligrosos Gorriones, grabando en los discos “La tranquilidad después de la paliza” y “Tic tac” con este músico.

Luego, y durante cuatro años, fue el batero de Todos Tus Muertos, con quienes también registró un par de álbumes. El destino también lo llevó a instalarse durante unos meses en Berlín con la banda La Calzada de Los Muertos.

El oficio de ser batero. A Christian Fabrizio le gustan distintos bateristas, de los que fue tomando elementos y “data” para tocar y enseñar.

“Me gustan los bateros con ritmo, que aguantan la base. Me gustan más esos bateristas que los que son muy explosivos y faroleros, me gustan los que priorizan la canción, como Ringo Starr”, explica.

Desde hace un lustro da clases de su instrumento y desde este año también lo hace en Cultura del Sur de Temperley, en Meeks 1066, los martes desde las 14.

“Vienen alumnos de todos los niveles, me gustan los más jóvenes que vienen con ese entusiasmo. Les doy mucha teoría, pero también mucho del oficio del baterista, de salir a tocar”, cie