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Boca cumplió su misión con una goleada y acomodó su lugar en la tabla

por la Copa Libertadores. Con autoridad, el Xeneize venció por 4-0 a Wilstermann y se afianzó como escolta de Atlético Paranaense por el Grupo G. Los goles: Reynoso, Benedetto y dos de Zárate.

En lo que era una verdadera prueba de carácter, Boca sacó a relucir toda su jerarquía y se recuperó de la derrota de la fecha pasada ante Atlético Paranaense, en Brasil. Con autoridad, superó por 4-0 a Wilstermann y se afianzó como segundo en el Grupo G de la Libertadores.

Boca tomó la iniciativa desde el comienzo del partido, pero le costó destrabar el compromiso. Le faltó determinación en los minutos iniciales y eso, sumado  al buen trabajo defensivo que planteó la visita, le impidió tener muchas situaciones a lo largo de los primeros 45.

Sin embargo, el peso individual de los futbolistas del Xeneize apareció en el momento justo y gracias a eso pudo acomodar el trámite a su favor. No lo consiguió con el penal que falló Benedetto a los 31 minutos tras la infracción que Silva le cometió a Villa, pero sí lo logró cinco minutos más tarde: Buffarini rescató  una pelota que parecía perdida ante una floja cobertura de Aponte, se acomodó y le apuntó -con un centro preciso- a la cabeza de Reynoso, que definió en libertad y puso el 1-0.

Wilstermann quiso recuperarse rápido del golpe que significó el gol del ex Talleres y tuvo una clara, pero la fortuna le jugó en contra. Primero, Andrada sacó del ángulo un tiro libre de Chávez y luego, en el rebote, la pierna de Mas evitó el gol de Saucedo.

Esa ventaja con la que se fue al descenso le dio cierta tranquilidad al Xeneize desde el inicio del complemento. Y desde el minuto cero, impuso condiciones, con  buen manejo de pelota e interesantes asociaciones en la zona de gestación.

Así, de esta manera y con ímpetu, empezó a justificar la  victoria. Esto lo validó en el marcador a los 17 minutos, con el segundo penal que el árbitro Haro le dio en la noche lluviosa. Esta vez, Benedetto no falló y sentenció la historia en la Bombonera.

Sin embargo, el broche fin lo puso Zárate. Con dos goles en cinco minutos, el primero exquisito y el segundo de cabeza, el ex Vélez le puso el moño a una gran goleada. Con esto, Boca llegó a los siete puntos y dio un paso clave en busca de los octavos de final.

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