de lujo Judith Gómez se lanzó hace seis años a la aventura de viajar junto a su marido, aprendió alemán y conoció un universo estético y cultural nuevo.
"Siempre dije que no dejaría mi país, pero la vida me demostró que eso de 'nunca digas nunca', es cierto", así explicó la vecina de Fiorito Judith Gómez (36) cómo las decisiones de vida pueden sorprender hasta al mismo protagonista. Hace seis años vive en Frankfurt, Alemania, junto a su marido y se dedica a su oficio de peluquera en un salón al que asiste hasta el alcalde de la ciudad.
Juddy, como le dicen sus allegados, nació en el Hospital Fiorito de Avellaneda, pero siempre tuvo domicilio en Fiorito, Lomas de Zamora, también vivió en Temperley cuando se independizó y más tarde junto a su pareja se mudó a un departamento en la calle Pereyra Lucena. "Me casé en 2017 y fue con mi marido que hicimos un viaje al exterior que nos abrió la cabeza por completo, de ver tanta diversidad, escuchar tantos idiomas, ver tantos estilos y religiones diferentes, quisimos viajar más para seguir disfrutando del mundo, pero el tema de ahorrar se complicaba bastante y también tener más días de vacaciones", contó sobre como comenzaron a evaluar la posibilidad de migrar a otro país.
La decisión de la pareja no tardó en llegar y ambos acordaron probar suerte en el exterior: "Nos fuimos para ver que pasaba, para saber cómo es vivir con otra moneda más estable y poder viajar, en principio por Europa", aseguró, y recordó que el primer destino que eligieron fue Dinamarca y finalmente por diferentes cuestiones se decidieron por Alemania donde residen hasta hoy.
Me casé en 2017 y fue con mi marido que hicimos un viaje al exterior que nos abrió la cabeza por completo, de ver tanta diversidad, escuchar tantos idiomas, ver tantos estilos y religiones diferentes, quisimos viajar más para seguir disfrutando del mundo, pero el tema de ahorrar se complicaba bastante y también tener más días de vacaciones
"Pasé de trabajar en dos lugares -como secretaria en un centro médico en Lomas, part time y como peluquera el resto del día- a estar en un país que ni siquiera manejaba el idioma", señaló sobre los comienzos en Alemania.
Si bien Juddy no hablaba en ese momento un inglés fluido, supo defenderse y hasta consiguió su primer trabajo en el aeropuerto donde pudo utilizar algo de su inglés y el español. "Pude sobrevivir dos años con inglés y español", afirmó.
LA ELEGIDA DEL ALCALDE DE LA CIUDAD
La lomense estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Lomas, una carrera que no llegó a concluir porque se dedicó a perfeccionarse en su oficio de peluquera que es a lo que se dedica en la actualidad en Frankfurt.
"Lo del idioma no fue fácil, pero ahora vivimos y trabajamos todo el día hablando en alemán. Nos defendemos bastante bien y hasta me han halagado por lo rápido que aprendí. Varios alemanes me han dicho que me defiendo muy bien, pero personalmente creo que me queda mucho por aprender", dijo Juddy.
Pero si hay algo que la sorprendió en su actual trabajo fue atender al alcalde de la ciudad Frankfurt Am Main que se llama Mike Josef. "Vino una vez de casualidad, lo atendí, le gustó y su secretaria llama siempre para hacer las citas conmigo. Así que soy la encargada de cortarle el pelo", contó como dato de color sobre las experiencias que va acumulando en el exterior.
"El alcalde es un tipo tranquilo, de familia. Es sirio y su esposa griega, pero para el salón fue un evento atípico que nos visitara", agregó la lomense.
Sobre las diferencias culturales, comentó que lo ve mucho en su trabajo como peluquera. "Cómo llevan el pelo. Acá es una de esas disparidades que me han llamado la atención en un principio. Las mujeres alemanas usan el pelo súper corto con respecto a las latinas, por ejemplo. Dejan su color natural y hasta usan canas sin teñirlo. Aunque también están las que se hacen color y acá en Frankfurt hay mucha diversidad cultural y las asiáticas eligen teñirse solo de su color natural y depende de donde sean normalmente es largo o se hacen permanente por que tienen el pelo muy lacio", destacó sobre sus clientas que son de la India, Tailandia, latinas, italianas, de los Balcanes y de Alemania.
Sobre el futuro, Juddy destacó que si bien han vuelto a Argentina de vacaciones, por el momento no planean regresar definitivamente: "Pienso que si aprendí este idioma terrible me parece una lástima irme a otro país. Si me voy sería a uno que también hable alemán como Suiza, Liechtenstein, Austria, Italia, Bélgica o Luxemburgo. De momento nos gusta mucho la vida acá en Alemania, planeamos quedarnos y seguir viajando", afirmó convencida que el esfuerzo no es en vano.
Sobre lo que más extraña recalcó que a los seres queridos, familia, amigos, también la cultura y "la comida deliciosa de Argentina".