MANIFESTACIÓN La familia que había sido acusada de múltiples casos de maltrato animal, fue blanco de un nuevo escrache. También fueron denunciados por abuso sexual.
La familia que había sido acusada de mutilar animales en Turdera, ahora vive en el barrio porteño de San Telmo, donde nuevamente fueron el blanco de un escrache de personas que repudiaron su presencia en el lugar, donde seguirían cometiendo los mismos actos aberrantes.
Los manifestantes se concentraron este jueves en frente del edificio donde viven "los mutiladores", que también fueron denunciados el año pasado por abuso sexual. Sin embargo, las distintas causas están paralizadas, mientras la víctima, que ahora tiene 18 años, sigue viviendo con los supuestos abusadores, a pesar de una restricción perimetral de por medio.
Con pancartas con distintas consignas de pedido de justicia, los activistas llamaron la atención de las autoridades policiales de la zona, que se acercaron a dialogar con ellos, y tomaron conocimiento del caso. Sin embargo, desde el Ministerio Público Fiscal correspondiente no ordenaron ninguna medida, según comentaron a La Unión los protagonistas de la actividad.
Meses atrás, los proteccionistas que denunciaron a los supuestos mutiladores de animales pidieron que las diferentes acusaciones sean acumuladas en un solo expediente, que tramita en la UFI 1 del Polo Judicial de Monte Grande. No obstante, pese a que la causa fue reactivada luego de ser archivada, todavía no hubo avances.
Leonela Barros una de las activistas por los derechos de los animales al frente de los reclamos, había manifestado a este medio que los acusados se "fugaron del barrio", sin que la Justicia realizara ningún allanamiento. Estuvieron un breve periodo de tiempo en Monte Grande, de donde huyeron de los escraches.
El caso de "las mutiladoras" de Turdera comenzó con un allanamiento en una casa de la calle Agüero al 300, donde encontraron varios animales rescatados en muy malas condiciones. Sorpresivamente, el Juzgado de Garantías 8 de Lomas de Zamora resolvió archivar la causa, aunque las denunciantes siguieron.