Desde 1946 Los Quinn están al frente de la Bicicletería Triff. "Para mí es un orgullo porque esto lo inició mi abuelo con su taller en un garage", cuenta Marcelo.
Una empresa familiar de Lomas sigue vigente tras casi 80 años de su fundación gracias al esfuerzo de cada integrante que trabaja para mantener la cuarta generación en el taller y venta de bicicletas Triff.
Marcelo Quinn (56) es el actual responsable del taller y venta de bicis que cuenta con un local ubicado en Carlos Croce 320, entre Rivera y Portela, Lomas. Él es la tercera generación, pero sus hijos ya trabajan en el negocio para seguir con la cuarta generación de bicicleteros.
"Para mí es un orgullo porque esto lo inició mi abuelo con su taller en un garage que estaba sobre Rivera y Manuel Castro, en 1946, luego lo continúo mi mamá, después yo y ahora mis hijos que trabajan conmigo", expresó Marcelo en diálogo con La Unión.
En el taller se encargan de hacer restauraciones, venden repuestos y bicicletas, pero desde que se inauguró el espacio cambiaron de lugar, pero nunca se fueron de Lomas. "Siempre estuvimos en la zona, primero en ese garage de mi abuelo, luego se abrió la fábrica en Carlos Croce donde se armaban los cuadros y era el depósito. Después se abrió una sucursal en la esquina de Boedo y Manuel Castro, donde actualmente está la fábrica de pastas y era únicamente de venta de bicicletas. En ese lugar estuvimos seis años aproximadamente", detalló el actual responsable de Triff.
Para mí es un orgullo porque esto lo inició mi abuelo con su taller en un garage que estaba sobre Rivera y Manuel Castro en 1946, luego lo continúo mi mamá, después yo y ahora mis hijos que trabajan conmigo
El recorrido comenzó por el abuelo, que en un principio trabajó con su hermano, "luego se abrieron y mi tío abuelo abrió la bicicletería Churi también conocida en su época", pero los que siguen vigentes hasta la actualidad es el taller Triff.
UN LEGADO MUY MARCADO
Para Marcelo que el legado familiar continúe es sumamente importante porque guarda un gran recuerdo de su abuelo, quien le enseñó el oficio, y hoy actualmente le transmite a dos de sus hijos que trabajan en el local.
"Las bicicletas son mi vida, siempre estuve rodeado de ellas porque siempre fui muy apegado a mi abuelo. Él me enseñó la vocación y la cultura del trabajo junto con los valores primordiales, al día de hoy sigo sus consejos en cada decisión tanto en el trabajo como en mi vida personal", señaló con seguridad sobre la herencia que le dejó el fundador de esta empresa familiar que sigue vigente.
Su hijo Santiago tiene 20 años y quiere seguir con el rubro junto a Sofía de 23 que trabaja en el local y además estudia enfermería. "Ambos por decisión propia eligen trabajar en equipo, ponerle empeño y actualizar el taller constantemente. Ellos se encargan de las redes, de brindar difusión al negocio", contó Marcelo, quien además contó que es hipoacúsico por lo que sus dos hijos lo ayudan con "la atención al cliente".
Las bicicletas son mi vida, siempre estuve rodeado de ellas porque siempre fui muy apegado a mi abuelo. El me enseñó la vocación y la cultura del trabajo junto con los valores primordiales
"Ellos tomaron un papel más protagónico en la empresa más que nada en la pandemia porque con el uso del barbijo no podía leer los labios para entender a los clientes", recordó.
Santiago es aficionado de las bicicletas rodado 29 y Sofía está más en la atención al público, la publicidad del taller y también en reparaciones. "Tengo tres hijos, pero mi hija mayor vive en Estados Unidos", expresó.
Y agregó: "Para mí el trabajo es mi pasión, mi vida entera, recuerdo a mi abuelo con un instrumento para centrado que hizo con un circuito eléctrico para que cuando haya roce con la llanta éste se conectara al circuito y mediante una lámpara hiciera luz".
Después de casi 80 años, el negocio sigue vigente y parece que continuará por más generaciones siempre en el Lomas que nació en 1946.