El recuerdo de la confitería Camaro: "Fue legendaria en Lomas"

NOSTALGIA Claudio, el actual encargado de la Galería Laprida (donde funcionaba el comercio), rememoró cómo era el espacio que supo cautivar a una generación de vecinos.

Hoy solamente puede verse la construcción donde funcionó la confitería.

Si uno camina por la peatonal Laprida y se frena justo en la galería que lleva el mismo nombre que la calle, podrá ver en el primer piso una construcción espejada que, al día de hoy, se encuentra abandonada. Lo cierto es que en ese espacio funcionó una confitería llamada "Camaro", que se volvió emblemática y muy reconocida con el paso de los años. Claudio Chiara (54), el encargado de la Galería Laprida, hace más de tres décadas, rememoró esa época dorada donde la confitería era "un boom en Lomas".

"Camaro" estaba en el primer piso de la galería situada en Laprida 165. Allí se reunían lomenses de distintos lugares y clases sociales. "Cuando comenzó a funcionar la confitería yo era chico. Me acuerdo que, en la década del '80, venía con algunos familiares y el ambiente que se podía respirar era con cierto tinte de rock, por lo que alguna que otra vez se armaban discusiones entre distintos grupos de vecinos", empezó a rememorar Claudio.

La confitería "Camaro" se encontraba ubicada en el primer piso de la galería situada en Laprida 165. Allí se reunían lomenses de distintos lugares y clases sociales.

"La calle Laprida, en ese entonces, no era peatonal. Algunos vecinos que venían a la confitería lo hacían en moto y dejaban estacionado su vehículo en las inmediaciones del comercio, en una calle que era totalmente empedrada", acotó Chiara.

"Fue una confitería muy popular y te diría que hasta legendaria. Todo el mundo sabía dónde estaba ubicada y era el boom del momento en Lomas. A este lugar venía gente muy conocida del ambiente local", aseguró el actual encargado de la galería, quien inmediatamente explicó que, en esa época, el espacio comercial también se caracterizaba por contar con una calesita en la planta baja, por lo que el lugar era muy concurrido por los lomenses.

Fue una confitería muy popular y te diría que hasta legendaria. Todo el mundo sabía dónde estaba ubicada y era el boom del momento en Lomas. A este lugar venía gente muy conocida del ambiente local.

Las vueltas de la vida y el destino, que parece escrito, hicieron que Claudio esté trabajando en esa misma galería, aunque la confitería ya no exista y haya pasado a ser parte de la fructífera historia de Lomas. "En un momento existió la intención de reabrirla, pero no prosperó. Hoy solamente florecen esos recuerdos de aquellos que sí la pudimos disfrutar", cerró, con cierta emoción.

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