LEGADO FAMILIAR Claudio tiene un local desde hace tres décadas y explicó cómo el rubro mutó con el paso del tiempo. El lomense dejó en claro que "el cliente siempre es el protagonista".
Todos los 26 de septiembre se celebra el Día del Trabajador Marroquinero, un rubro que supo amoldarse a la aparición de nuevas materias primas para la confección de sus productos, como así también a la demanda de los clientes. Claudio, quien tiene un emprendimiento familiar, contó cómo es su labor, de qué manera intenta satisfacer a los compradores con las creaciones que expone en su local.
"Tamara" es el nombre del local que atiende Claudio, el cual es un emprendimiento familiar que comparte con Claudia, Marcela, Nicolás y Agustina. Juntos están a cargo del negocio situado en la Galería Oliver (Laprida 164, local 18). "Nos dedicamos a la marroquinería hace ya tres décadas. Esto viene de un legado familiar, donde ya pasaron cuatro generaciones trabajando en el mismo rubro", explicó el lomense.
Nos dedicamos a la marroquinería hace ya tres décadas. Esto viene de un legado familiar, donde ya pasaron cuatro generaciones trabajando en el mismo rubro.
"Arrancamos con la venta de productos hechos a base de cuero vacuno en sus distintas formas, como gamuza, cabra o cabretilla. Pero hace 25 años vimos la posibilidad de hacer nuestra producción a base de materiales sintéticos, manteniendo la calidad y la mano de obra, y es por eso que nos volcamos hacia ese camino", reveló. Materiales como el cuero ecológico y el nylon se impusieron en este siglo para la realización de los distintos modelos.
Las carteras, las mochilas o los bolsos son los productos estrella y los más solicitados por los clientes de "Tamara". "Nuestro público es, en gran parte, femenino. La mujer de Lomas está acostumbrada a los distintos transportes y necesita estos tipos de elementos o accesorios para llevar sus cosas", contó Claudio.
"El local fue mutando a través de los años. Hoy en día, el cliente es el protagonista: ellos necesitan estar en contacto con la mercadería y nos comunican lo que quieren comprar", aseguró sobre la manera de trabajar dentro de su negocio. Rápidamente agregó: "La venta de los productos también cambió con el paso del tiempo. Antes todo rondaba en la durabilidad que te daba el cuero, pero hoy la moda es lo que hace a la demanda: las mujeres cambian sus mochilas o carteras cada dos o tres años, o incluso menos, simplemente por las tendencias del momento".
El local fue mutando a través de los años. Hoy en día, el cliente es el protagonista: ellos necesitan estar en contacto con la mercadería y nos comunican lo que quieren comprar.
Al ser consultado sobre la originalidad de los diseños, Claudio admitió que son "fruto de mi memoria", ya que muchos de ellos están inspirados en los productos que vendía su madre en el comercio. Además, aseguró que todas las observaciones que realizan los propios clientes las intentan llevar al taller para plasmarlas en los nuevos artículos. "Nosotros apuntamos a vender productos que el público pueda usar y que, en ellos, lleven sus deseos e ilusiones", acotó el comerciante.
"Tamara" cuenta con una amplia variedad de productos que están disponibles en el local, el cual está abierto de lunes a sábado de 10 a 19.15. Los diseños también son visualizados en la cuenta de Instagram.