PENA MUY BAJA El abusador recibió apenas un año y medio de cárcel y quedó en libertad. La mamá de la víctima expresó su bronca.
Un hombre recibió una pena muy baja por abusar sexualmente de una menor en Temperley y quedó rápidamente en libertad. La madre de la víctima expresó su indignación con la Justicia.
Juan Andrés Domínguez, fue condenado a un año y seis meses de prisión, tras ser hallado culpable de abusar de una nena de 8 años el 29 de diciembre de 2022 en la calle El Cardenal al 2500. Sin embargo, nunca estuvo en la cárcel. Como ya había permanecido todo ese tiempo detenido en la comisaría y en su casa, automáticamente quedó en libertad.
Lo insólito es que la familia de la víctima no presenció el juicio y se enteró mucho después de esta pena tan baja. Desde el Juzgado en lo Correccional Nº 8 de Lomas de Zamora se comprometieron a avisarle sobre la decisión que iban a tomar, pero nunca lo hicieron.
"Es indignante que la Justicia sólo lo haya hecho pagar un año y seis meses de condena con un abuso simple hacia una menor. Ya se cerró el juicio y me avisaron eso hace unos días. Él salió en libertad en julio y estamos a fines de agosto. Si yo no mandaba mail, ellos ni me avisaban", se quejó Yésica, madre de la nena abusada, en charla con La Unión.
La familia esperaba una pena más alta para Domínguez, ya que el abuso se había comprobado. "Es increíble. Todo a nuestro favor, para que él salga libre y pueda cometer lo mismo nuevamente. Desde que lo agarraron hasta el día del juicio fue ese año y seis meses, por arruinar la vida de mi hija", señaló la mamá de la niña.
La mujer también se quejó de los beneficios que tuvo el abusador mientras estuvo detenido: "Le dieron beneficio de trabajar dos veces a la semana, le dieron la oportunidad de estar con la pulsera en la casa y estar libre como si nada. Ni siquiera pisó la cárcel, estuvo dos meses o tres en comisaría y lo mandaron a su casa con la pulsera. Les exigí que lo pongan en el registro de agresores sexuales y nunca me respondieron".
El abusador estaba viviendo cerca de la casa de la víctima, en el barrio San José, pero luego de la condena fijó un domicilio en Longchamps. Con la sensación de no haber conseguido justicia, Yésica intenta que su hija salga adelante y supere aquel episodio traumático.
"Tratamos de no hablar de lo que sucedió, ya que le cuesta todavía. Ni siquiera le dijimos que está libre, porque su tranquilidad era que estaba preso. Tratamos de mantenerla lejos de eso para que no recuerde y hacer que esté lo mejor posible y feliz. Lamentablemente es algo que la va acompañar en su vida pero siempre vamos acompañarla para que lo pueda superar. Hay un Dios que todo lo ve y nadie se va sin pagar de acá", cerró Yésica.