entrevista El mediocampista, figura ante Cañuelas y autor del tanto del empate, vivió un partido especial en la consagración del Milrayitas y se llevó imágenes para toda su vida.
Su gol, a los 20 minutos del segundo tiempo, revivió a la multitud que había copado el estadio Eduardo Gallardón y era protagonista de una película de terror. Su definición a la red cambió todo, le devolvió la ilusión al hincha y eso no se olvida. Por eso, Ezequiel Gallegos, el autor del 2-2 ante Cañuelas, recordará por siempre lo que se vivió el lunes en la consagración de Los Andes como campeón del Torneo Apertura.
"Yo tenía que hacerle la cortina a Horacio (Igarzábal) en esa pelota parada y por suerte me quedó el rebote para empujar el balón. Y ahí, cuando entró la pelota y escuché el grito desde todas las tribunas, fue una sensación hermosa, difícil de olvidar, pero lo que más recordaré es que sirvió para ayudar al equipo", remarcó el mediocampista, una de las figuras del lunes, en diálogo con Diario La Unión.
Ese empate envalentonó al Milrayitas, que se convirtió en una topadora. Y es que el objetivo estaba a un paso. Sabía que un gol más le permitía dar vuelta un resultado muy adverso tras irse al descanso 0-2 abajo y no tenía que preocuparse por Colegiales, su rival en esta definición. Y ese grito llegó a los 30 con la definición contra el palo de Manuel Brondo.
Sin embargo, Gallegos nunca se confío y mantuvo el nerviosismo hasta el pitazo final de Yamil Possi. Recién ahí se desahogó y dejó caer sus lágrimas para festejar la consagración en el Torneo Apertura. "Me sentí campeón cuando escuché el pitazo final. La verdad que fue así. Fue un partido muy duro", reconoció.
Esa alegría del final, reflejada en el abrazo con su hijo en el campo de juego del Gallardón, se debe a que Los Andes dio "el primer gran paso" en esta temporada de la Primera B, en la que el objetivo es claro: ascender a la Primera Nacional. "Nosotros sabemos que todavía falta bastante, pero dimos un paso muy importante que nos da tranquilidad para afrontar lo que viene, pero sobre todo felicidad".
En medio de los festejos, y con la satisfacción de que la historia terminó de buena manera, el mediocampista analizó el partido ante Cañuelas y remarcó que "la ansiedad y los nervios" le jugaron una mala pasada, ya que reconoció que "el equipo no entró de la mejor manera" a la cancha. Y ahí resaltó una de las claves que tuvo este equipo para salir campeón: el plantel.
"Acá hay un plantel muy grande, con muchos buenos jugadores y eso se notó a lo largo del torneo, ya que el equipo siempre respondió más allá de los cambios de jugadores. Y se ratificó ante Cañuelas. Salimos a jugar el complemento con otra cara, diferente a la del primero, y lo dimos vuelta", remarcó.
Y entonado, continuó: "Fuimos campeones por el plantel que tenemos. Acá todos juegan bien, es un equipo en el que están todos en un buen nivel y al que le tocó jugar respondió de buena manera. En eso tenemos ventaja porque el entrenador puede contar con todos los jugadores para cuando lo crea necesario".
EL HINCHA, EL GRAN ALIADO
Tras este camino recorrido, con 14 victorias en 21 encuentros y una seguidilla de siete triunfos en fila, Gallegos marcó que el partido bisagra fue la derrota por 2-1 ante Colón de Santa Fe por los 32avos de final de la Copa Argentina. Y lo eligió por algo en particular: el vínculo que, a partir de ese partido, se gestó con los hinchas.
"Ese día conectamos con los hinchas, hubo una unión del equipo con la gente que fue muy bien. Si bien ese día no pudimos ganar, ese día se generó algo especial y eso fue muy importante para nosotros. Eso nos ayudó un montón", remarcó.
Desde ese día, la unión fue total. Los hinchas de Los Andes se identificaron con el equipo, los jugadores con los fanáticos y todo se potenció con el paso el partido hasta la multitud de más de 20.000 almas que coparon el Gallardón el lunes. "La cancha estaba que explotaba y eso no lo olvidaré más. Esa unión se notó al mil por mil. Y fue clave. Es que a pesar de ir 0-2 abajo, la gente siguió alentando y apoyando", agradeció Gallegos, un jugador que no le pasó el partido y fue clave para que el de Lomas grite campeón del Torneo Apertura.