El jefe del Pozo de Banfield: la muerte fingida, la fuga y la condena

LESA HUMANIDAD Juan Miguel Wolk intentó escapar de la Justicia durante varios años y llegó a hacerse pasar por muerto. A los 90 años, recibió su segunda condena a perpetua.

Juan Miguel Wolk fue jefe del Pozo de Banfield durante la última dictadura militar.

Juan Miguel Wolk fue uno de los 10 condenados a prisión perpetua por los delitos de Lesa Humanidad cometidos en el Pozo de Banfield durante la última dictadura militar. Había sido nada menos que el jefe de ese centro clandestino de detención y durante varios años intentó escapar de la Justicia. Incluso, llegó a hacerse pasar por muerto.

El Tribunal Oral Federal Nº1 de La Plata consideró a Wolk culpable de los delitos de privación ilegal de la libertad, amenazas, aplicación de tormentos, abuso sexual, aborto forzado, reducción a la servidumbre, homicidio, desaparición forzada y sustracción, retención y ocultación de menores. Recibió la pena máxima junto a otros nueve represores.

La sentencia fue celebrada por decenas de personas presentes en la sala, entre los cuales había víctimas y familiares de personas que aún siguen desaparecidas. Todos ellos sabían muy bien el derrotero de Wolk, conocido como "el Nazi" o "el Alemán" mientras estuvo al frente del Pozo de Banfield.

Entre 1974 y 1976, Wolk ejerció como comisario inspector de la Policía Bonaerense y jefe de la División Delitos contra la Propiedad que funcionaba en Villa Centenario. Con el comienzo de la dictadura, pasó a ser Director de Investigaciones de la fuerza en la Zona Metropolitana y quedó como jefe del Pozo, que funcionaba en Siciliano y Vernet. Desde ese lugar, según la investigación, decidió el terrible destino que tuvieron cientos de detenidos, entre ellos, los estudiantes asesinados en la Noche de los Lápices.

Wolk llegó a ser condenado por esos crímenes en 1986. Le habían dado 25 años de prisión en el marco de la "Causa Camps". Sin embargo, poco después fue beneficiado por las leyes de obediencia debida y punto final. Durante más de un década vivió con total tranquilidad, hasta que los "Juicios por la Verdad" realizados en La Plata y un pedido de extradición del juez español Baltazar Garzón lo pusieron nuevamente en el radar de la Justicia. Es acá cuando vino la parte más insólita: a Wolk lo dieron por muerto.

Sí, por más raro que parezca, en esos juicios se había presentado un certificado de defunción falso y la propia Justicia argentina consideró que el jefe del Pozo de Banfield había fallecido. La historia pudo haber terminado ahí, pero había algo que no le cerraba a Marta Ungaro, hermana de Horacio, uno de los jóvenes desaparecidos en la Noche de los Lápices.

Marta trabajaba en la Cámara Electoral bonaerense y observó que Wolk seguía apareciendo en los padrones. No pasó mucho tiempo hasta que descubrió que el represor no estaba muerto, que vivía en Mar del Plata y que, de hecho, seguía cobrando él mismo su jubilación.

La mujer hizo la denuncia inmediatamente ante el Juzgado Federal 3 de La Plata. Así logró que lo detuvieran en 2008 y que lo procesaran por los secuestros, torturas y asesinatos en el Pozo de Banfield. No obstante, le concedieron prisión domiciliaria. Después de cuatro años de apelaciones, Wolk estaba a punto de ser llevado a una cárcel común, pero se fugó y no dejó rastros. Su desaparición fue denunciada por su propia hija, quien era policía y garante de que se cumpliera el arresto.

No se supo nada de Wolk hasta 2013, año en que la Policía lo localizó en la casa de su hermano. Por un tiempo estuvo en prisión, pero volvió a recibir el beneficio del arresto domiciliario que cumple hasta el día de la fecha. Lo que siguió es historia conocida.

Wolk fue condenado a prisión perpetua en 2023 en el Juicio "Hogar de Belén", acusado de ser uno de los policías que intervino en el asesinato de seis personas en San José y en Llavallol, y en la apropiación de los hermanos Ramírez. Con esa sentencia sobre sus hombros y ya con 90 años de edad, recibió nuevamente la pena máxima el pasado 26 de marzo por los delitos cometidos en el Pozo de Banfield.

Ambos veredictos cerraron el largo recorrido de impunidad de un hombre que fue protagonista de uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina. Su última imagen pública fue frente a la camarita que lo enfocaba en su hogar, mientras escuchaba la sentencia del Juicio Brigadas. Tal como anticipó el juez Ricardo Basílico, se evaluará si Wolk y los demás condenados están en condiciones de ser trasladados a una cárcel común.

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