UNA DIGNA PROFESIÓN Los lomenses Alberto Dioguardi y María Bollier confeccionan carteras, billeteras, cintos y pulseras que comercializan en la feria. Su historia de vida.
Cada 19 de marzo se conmemora en el mundo entero el Día Internacional del Artesano, en honor a José, padre de Jesús, quien se dedicaba a la carpintería como oficio. La fecha tiene como fin celebrar el arte y el talento que se lleva a cabo a través de la creación de piezas: los lomenses Alberto Dioguardi (75) y María Bollier (73) son un fiel reflejo de ello ya que se dedican a confeccionar artículos en cuero hace más de 50 años.
María y Alberto dialogaron con el Diario La Unión y rememoraron sus inicios como artesanos. "Empezamos en 1972 haciendo artesanías juntos, pero la materia prima era el metal. Pero un año después, como un cuñado se dedicaba al cuero, decidimos volcarnos a hacer productos con ese material", reveló el lomense, mientras que su mujer, atenta, acotó: "Decidimos empezar a vender y a confeccionar artesanías porque Alberto me había hecho una pulsera, la cual se las mostré a mis conocidos y les gustó. Así arrancó todo".
Empezamos en 1972 haciendo artesanías juntos, pero la materia prima era el metal. Pero un año después, como un cuñado se dedicaba al cuero, decidimos volcarnos a hacer productos con ese material.
Carteras, cintos, billeteras y pulseras son armadas por la pareja lomense, que cuentan con un taller en su propia casa. Según explicó Alberto, trabajan arduamente durante la semana para acelerar la producción y luego, los sábados y domingos, participan de la feria de Caminito, en La Boca, donde ponen a la venta sus creaciones. "Yo soy uno de los fundadores de la feria que se hace en la Plaza Grigera, además de haber participado de muchas otras ferias", reveló.
Tikay Artesanías es el nombre del emprendimiento de la pareja lomense, que tiene una cuenta de Instagram para mostrar todas sus creaciones. Tanto Alberto como María continúan al frente de su trabajo y son un verdadero ejemplo para las nuevas generaciones de artesanos, ya que con su labor colabora con merenderos y comedores de distintas zonas.
"Ser artesano es un trabajo bastante sacrificado y complejo, pero tenemos una mentalidad única. Nos ayudamos entre nosotros y nunca nos damos la espalda entre colegas", señaló Alberto, que inmediatamente agregó: "Hoy en día hay muchísimos más artesanos que hace 30 o 40 años atrás y eso se debe a que este rubro le permite a la gente poder salir adelante cuando no tienen un trabajo en el sector formal. A todos ellos, cuando arrancan, siempre les damos una mano porque nos sostenemos entre nosotros mismos".
Ser artesano es un trabajo bastante sacrificado y complejo, pero tenemos una mentalidad única. Nos ayudamos entre nosotros y nunca nos damos la espalda entre colegas.
"Es muy reconfortante reconocer a los artesanos, gente que la pelea a diario. Somos familias de buen pensar y de gran corazón, una raza rara que no muchos entienden", concluyó Dioguardi.